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martes, 23 de febrero de 2016

Los desafíos que Francisco lanzó en su visita a México

Por Rodrigo Borja

            La visita del Papa Francisco a México y especialmente a Ciudad Juárez,  estuvo llena de desafiantes palabras que llaman a la acción para mejorar la vida institucional y la convivencia social en nuestro país. En Juárez dijo en su visita al CERESO No. 3 que la reinserción social empieza con la inserción a la escuela de los hijos, a un trabajo digno para los padres y la inserción de espacios de convivencia.
            De palabra suave y crítica dura. Fue claro que habló de atacar las raíces del problema social y no únicamente abrir cárceles para lidiar con las consecuencias. Otra de sus afirmaciones fuertes en la frontera se refirió al trabajo mal pagado, el cual abunda en Juárez, pero no garantiza una vida digna. Habló frente a empresarios de nivel nacional del trabajo «esclavo», en su primera mención lo entrecomilló.
            Otra de sus declaraciones que quedaron para la reflexión y que como las anteriores nos hablan de un sacerdote que no pregona la resignación, como con anterioridad lo hizo, sino que busca una vida más justa en la tierra, no la compensación del cielo.
            En el principal evento, realizado en el llamado Punto, ubicado en los terrenos de la antigua Feria Exposición de Ciudad Juárez, abordó un tema que ha sido recurrente preocupación en sus visitas pastorales a diversas partes del mundo, la migración, que es producto de que en sus lugares de origen los hombres y mujeres que se arrojan a esta aventura no tienen las oportunidades para dar a sus hijos y a sí mismos una vida digna, prefiriendo los peligros que estos desplazamientos siempre clandestinos deparan.
            Las reporteras María Ximena Rondón y Carolina Requena, de la agencia católica de noticias ACI, realizaron un trabajo sobre los cinco puntos más importantes de la visita papal a México:
1.- El crecimiento de la fe
Mons. Enrique Sánchez, Obispo de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, ha sido testigo del drama de los migrantes, de la violencia, la prostitución y el narcotráfico. En su opinión, la oración del Santo Padre por los migrantes en Ciudad Juárez fue un momento «muy fuerte para la gente que ha vivido esa situación, incluso para mí.
«Aquí hay muchas comunidades pobres y colonias y necesitamos llegar allá. La gente espera que lleguemos y creo que es un reto para nosotros…Yo espero motivar a los sacerdotes de mi diócesis a ir a las colonias con las armas del evangelio», dijo a ACI Prensa.
«Esta visita traerá una revitalización a la Iglesia mexicana y se debe aprovechar este momento para acercarse más a la gente».  
2.- «Tenemos que oír y hacer»
Mons. Jorge Alberto Cavazos, Obispo Auxiliar de Monterrey y asesor de la pastoral laboral, comentó a ACI Prensa que el Papa utilizó «frases muy simples pero bien profundas y por eso las entendimos fácilmente. Yo veo que han calado muy bien en las personas, tal como me lo dijeron algunos de los obreros, campesinos y empresarios que asistieron al encuentro. Tenemos que oír y hacer».
Por su parte el P. José de Jesús Aguilar, subdirector de radio y televisión del Arzobispado de México, manifestó que «con esta visita hay que aprovechar todo el eco que dejó. Aquellas palabras del Papa cobran mucha fuerza y se convierten en frases célebres».
3.- «Nunca podremos olvidar cómo nos trató»
Sobre el impacto de la visita del Papa Francisco a México, el P Aguilar dijo que «nos sorprendió que un hombre de casi 80 años se haya conectado por una parte a Dios que es su fuente de energía y por otro parte a la experiencia de parejas, jóvenes, niños, indígenas, presos etc., que le decían ‘por eso Dios te llamó para que fueras pescador de hombres’».
También comentó que a la gente le impresionó el hecho de que el Papa se bajara del papamóvil y se acercara: «él veía que se caía un niño, se regresaba y se acercaba. Él veía que una persona en silla de ruedas no podía subir y se acercaba.
«Este aspecto humano es el que la gente espera no solamente del Papa sino también de nosotros mismos. Dice un dicho: ‘Podremos olvidar lo que alguien nos dijo pero nunca podremos olvidar de cómo nos trató’».
Añadió que quizás al Papa se le podrían olvidar las porras pero «él no va a olvidar le tratamos los mexicanos y nosotros tampoco vamos a olvidar cómo nos trató él».
4.- «Un empleado no es una herramienta sino una persona»
Mons. Jorge Alberto Cavazos fue el encargado de reunir a las diversas áreas que participaron en el encuentro del mundo del trabajo con el Papa.
Este obispo contó que México es un país de gente trabajadora y que tiene una distinción de creatividad de para llevar adelante muchas de sus capacidades.
En ese sentido comentó a ACI Prensa que el mensaje del Santo Padre tuvo una acogida positiva y que hay una buena voluntad por parte de sus receptores. Sobre todo el llamado que les hizo al diálogo y a la confrontación.
Con respecto a lo último, aclaró que el  Papa entiende la confrontación como «estar frente a la persona pero no con una intención de chocar sino para ponerse de acuerdo», explicó.
Por otro lado también comentó que este encuentro también ha dejado la enseñanza de la misericordia, sobre todo la que se debe tener a hacia los demás.
«El que tiene una empresa tiene que considerar que el empleado no es una herramienta sino una persona y que tiene derecho de hacer su vida. Hay que tener una actitud de comprensión y valoración del otro. El Papa es muy directo y siempre quiere resaltar la dignidad de todas las personas», dijo Mons. Cavazos.
5.- Hace años cuando Juan Pablo II visitó México…
El P. Aguilar explicó que el México al que vino el Papa Francisco no es cómo al que llegó San Juan Pablo II en 1979 y que desde esa visita se ha creado una escuela de «apertura hacia el Papa.
«Cuando Juan Pablo II vino por primera vez a México no habían relaciones diplomática entre nuestro país y el Vaticano. Incluso el Papa cometió un ‘delito’ porque en esa época no se podía usar hábito en las calles y tuvo que pagar una multa».
El P. Aguilar también contó que no pudo celebrarse una Misa masiva, como las que presidió el Papa Francisco, ya que sólo podían hacerse en un templo y que debido a ley de entonces la televisión no transmitía las misas completas.
Quien firma este texto agregaría: los desafíos que dejo el Papa Francisco para el gobierno mexicano y los mexicanos, son de tal envergadura que el sólo abordarlos conlleva una transformación muy importante en la convivencia social y en las relaciones entre obreros y trabajadores… por supuesto entre países.

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