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jueves, 18 de junio de 2009

Escenarios políticos

“Desgarrarse las vestiduras”


* Teresa Ortuño Gurza en el mapa político
* Siempre fue la gran figura en el DHIAC

Por Antonio Pinedo

Don Fernando Baeza Meléndez, quien en los últimos años se ha reafirmado en mi opinión como el político chihuahuense vivo mas inteligente y con mayor oficio, repetía mucho la frase “no nos desgarremos las vestiduras”, acción que se remonta a la tradición grecolatina y que era un acto de dramatismo en público cuando se había perdido a una persona amada o cercana, era pues un acto que demostraba dolor, por la muerte de un ser amado. Sin embargo, la acepción actual a la que el senador se refería continuamente era más o menos el equivalente a no nos auto flagelemos sin motivo, o bien no hagamos tango, era un: ¡no es para tanto!
Es seguro que el senador no habló con su sobrino el gobernador José Reyes Baeza, antes de la gran campaña, seguramente muy costosa, que emprendió para defender su honor mancillado por la senadora Teresa Ortuño Gurza, quien dijo que el gobernador estaba coludido con el narcotráfico por acción o omisión.
La agenda del gobernador cambió totalmente, la inseguridad, el desempleo y la caída en la economía, quedaron en segundo plano y sólo importaba dejar en claro que su conducta es clara y prístina. Los obispos, todos, todos los obispos del estado de Chihuahua, publicaron un desplegado que vendría a ser una especie de absolución y de dejar en claro que el gobernador tiene seguro su lugarcito allá en el cielo.
Tal vez no exista un gobernador en todo el país que no haya sido acusado de lo mismo a lo largo de los últimos 90 años, algunos hasta por la DEA o bien por autoridades judiciales norteamericanas, como fue el caso de Manlio Fabio Beltrones, cuando fue gobernador de Sonora.
El que sea una senadora de la república, da a la acusación cierto peso y seguramente requería una respuesta, pero creemos que está siendo exagerada, muy exagerada. Los problemas de la entidad son muchos y muy graves, para dedicar el valioso tiempo del gobernador a limpiar el honor personal. Ortuño Gurza, con todo y ser senadora nunca ha sido una figura política importante, es un figurón dentro del DHIAC, ni siquiera del PAN. Realmente lo que el gobernador ha logrado ha sido meterla a la esfera política, misma a la que siempre a rondado, pero en realidad nunca había podido introducirse, con todo y sus cuatro cargos legislativos.

Una senadora de partido
El gobernador está gastando su pólvora en diablitos. Teresa Ortuño Gurza, nunca ha sido una figura política de relevancia. Nunca ha sido una panista relevante; en donde es campeona y eso se le debe reconocer es que dentro de la fracción ultraderechista del PAN llamada DHIAC es muy ponderada y le han hecho la vida definitivamente cómoda.
Ha ocupado por cuatro ocasiones puestos legislativos, aun cuando su labor legislativa se retrata con la respuesta que dio a los medios de comunicación recientemente cuando le inquirieron sobre su voto a favor de los altos cobros para la importación de vehículos a la franja fronteriza, dijo con ingenuidad o estulticia o con ambas: nos dieron la ley con muy poco tiempo y no la leí bien, palabras más palabras menos… esa es Teresa Ortuño. Quien es capaz de esa respuesta, no merece la respuesta de un gobernador, por lo menos no con los altavoces que lo ha hecho Reyes Baeza.
La senadora es nativa de Torreón por la entidad de Coahuila fue legisladora federal de 1982 a 1985, con sólo 25 años de edad, después tras un período de descanso – no hay reelección- fue nuevamente diputada de 1988 a 1991 y allá por 1987 fue candidata a la gubernatura de Coahuila.
Tras concluir su segundo período como legisladora federal en 1991, se vino a radicar a Chihuahua, en donde el PAN crecía en presencia y el DHIAC, tomaba como campo de acción para preparar cuadros y proyectarlos al resto del país.
Es el mismo esquema que hace que prominentes miembros de la fracción ultraderechista de los dhiacos, lleve al primer nivel de la administración pública de la ciudad de Chihuahua a personajes como Lázaro Gaytán y Ricardo Martínez, quienes ya habían iniciado su carrera de burócratas en Ciudad Juárez, cuando los panistas gobernaban en la frontera. Al cambiarse el polo dominante del PAN en la entidad de Juárez a Chihuahua, estos personajes emigraron, en esa misma lógica se debe ver el cambio de Ortuño de Torreón a Chihuahua.
En Chihuahua busca una diputación local por el Distrito Estatal Electoral XVII, con cabecera en la capital y llega a la Cámara de diputados y es legisladora local de 1998 a 2001, de 2001 a 2006 es delegado en el estado de la Sedesol y en 2006 llega a senadora por lista nacional, está el frente del PAN uno de los brazos más activos del DHIAC: Manuel Espino Barrientos.
El 31 de marzo anuncio que buscaría la gubernatura de Chihuahua en 2010 y simple y llanamente paso inadvertido… Ortuño no estaba en la esfera política aun siendo senadora, lo suyo es el DHIAC, pero se avienta una declaración, que a nada la compromete, por el simple hecho de que lo acusa por acción u omisión y esta última palabra es mágica para salir bien librada del asunto, porque si algo no se puede negar en Chihuahua es la presencia de importantes bandas de narcotraficantes desde hace casi noventa años.
Sin embargo, las cosas se le componen a Teresa Ortuño a la mejor hasta se considera la posibilidad por algunos panistas fuera del DHIAC de lanzarla a la candidatura del PAN a la gubernatura, pues ya existe para la política y no sólo para la ultraderecha. Todo porque Fernando Baeza no le dijo a tiempo a su sobrino “no nos desgarremos las vestiduras”.

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