Por Rodrigo Borja
Luego del envío de ocho mil elementos del Ejército Mexicano y 2,300 agentes de
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Luego de una ejecución al ritmo de las AK 47, se acordona el área y llegan entre federales y soldados no menos de 50 elementos, que a juzgar por su actividad sólo van a testificar que otro crimen más se cometió. La escena se repite varias veces en el mismo día y en ocasiones con sólo minutos de diferencia: tres o cuatro individuos a bordo de una o camioneta y un automóvil de reciente modelo ambos, llegaron y descargaron veinte, treinta o cuarenta disparos sobre un hombre de aproximadamente 30 años. La información se maneja como por el mismo patrón, los datos no corresponde a una ejecución en particular, sino al relato cotidiano de las televisoras.
El pasado sábado 14 de marzo, el vocero del Operativo Conjunto Chihuahua Enrique Valadez Torres, daba cuenta de otro grupo de mil elementos de la milicia que llegaban a la frontera y nuevamente se tejieron ilusiones. El alcalde José Reyes Ferriz, manifestó ante la llegada del nuevo grupo: «Los mandos del Ejército Mexicano y
Lo cierto es que de marzo a la fecha llegaron los ocho mil militares ofrecidos oficialmente, pero la situación vuelve a los niveles de agosto del 2008, en donde diariamente el promedio de ejecutados era de diez personas.
Las extorsiones y los secuestros van en aumento, sin importar los miles de militares de recorren la ciudad e instalan retenes por todos los rumbos de la misma. Una de los cambios que ha traído el ingente despliegue castrense es un aumento sustancial en colisiones automovilísticas, de las cuales en más del 50 por ciento son los soldados quienes al parecer tienen muchos accidentes, porque no respetan señales de tránsito y desconocen la ciudad y el sentido de circulación de sus calles. En Ciudad Juárez el número de ejecuciones en los primeros meses del 2009 supera las del mismo período del 2008. En Juárez los ejecutados el presente año se acercan ya a los 600.
Las cuentas alegres
No obstante lo anterior, el presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa estuvo en la frontera apenas hace unos días y su evento mas importante fue el reconocimiento de la labor de los militares en la lucha contra el mercado ilícito de los estupefacientes.
Dice el presidente que vamos ganando la guerra y los datos ofíciales a nivel nacional se presentan en forma halagadora, como el informe del Sistema Estadístico para el Análisis de la delincuencia (SEUNAD) de
El informe abarca los logros en esta «guerra» desde el inicio del sexenio hasta el mes de abril pasado. No habla de los muertos y la inseguridad en las calles sobre todo de zonas como el estado de Chihuahua y Ciudad Juárez en particular.
Entre los logros está el aseguramiento de 348 aeronaves, 17,038 vehículos de tierra; decomisos de cocaína por 77.9 toneladas, 333.7 millones de dólares incautados. 63 mil detenidos… así por el estilo, cifras abundantes y sin el menor seguimiento y análisis, como podría ser que de los detenidos por el ejército en Ciudad Juárez, más del cincuenta por ciento ya se encuentra libre, simplemente porque la detención no cumplió con los requisitos mínimos que marca el Derecho.
Se habla también de la confiscación de 422 casas, 366 predios, 15 ranchos y 88 laboratorios.
Lo cierto es que en el Estado de Chihuahua y en Juárez en particular el número de ejecuciones ya se encuentra nuevamente en los niveles de mayor crisis de 2008 y los miles de soldados que recorren y colisionan vehículos por toda la ciudad, sólo acuden como testigos del evento.
No estamos tocando para nada el creciente número de quejas por parte de particulares sobre abusos del ejército, que llega a manos de
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