Semanario del meridiano 107

Baeza, entre el compadre y
el amigo leal en Chihuahua

* En la cumbre priista no hay unidad
* Operar la sucesión es la prioridad
* Los empresarios no son un bloque

Por Antonio Pinedo

Para los analistas políticos las candidaturas panistas no ofrecen misterio, se decidirán en una asamblea estatal o municipal según sea el caso y los precandidatos se destaparán a partir de enero próximo. Lo que resulta muy atractivo es la operación política en la «elección» del candidato del PRI a la gubernatura primero y a las alcaldías más importantes después.
No es un misterio que entre los precandidatos a la gubernatura el que parece traer todas las canicas es Carlos Borruel, el alcalde de la ciudad de Chihuahua y que en la alcaldía de Ciudad Juárez, Carlos Angulo, se mueve con soltura y ganas entre las bases para lograr el apoyo; o bien que en Chihuahua la pelea se ve entre el diputado local Antonio López y el ex diputado federal Carlos Reyes este último apoyado, según todos los observadores por el alcalde Borruel Baquera.

El PRI es otro cuento
En el caso del Partido Revolucionario Institucional, otro es el cantar. En la «elección de candidato» del PRI a la gubernatura de Chihuahua, son muchos los factores en juego, siempre ha sido así, pero el actual panorama político indica que el candidato del PRI tiene grandes posibilidades de ser gobernador de Chihuahua, por lo menos ese es el primer escenario. Entonces no se está eligiendo a un simple candidato, sino al hombre que más posibilidades tiene de llegar a ocupar la silla de José Reyes Baeza.
Una de las circunstancias que se deben medir es el equilibrio de fuerzas que a nivel nacional tengan los más importantes líderes del PRI, ante la ausencia de un «fiel de la balanza» en Los Pinos: Beatriz Paredes Rangel, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto.
Efectivamente la presidente del CEN del PRI, el líder de los senadores priistas y el precandidato natural a la presidencia de la república, el poderoso gobernador del Estado de México, son factores en la sucesión no sólo de Chihuahua, sino de las diez entidades que tendrán elecciones de gobernador en el 2010.
Estas tres entidades podrían estar en tensión en estos momentos, recordemos las declaraciones de Paredes Rangel, en el sentido de que ella no se descarta para la sucesión presidencial del 2010 y la descalificación verbal –no en los hechos–, que los senadores priistas hicieron del paquete fiscal aprobado por los diputados priistas… ahí se vio una especie de regaño de Beltrones a los diputados de su propio partido, entre los que se encuentra nada menos que la líder del partido, la tlaxcalteca Paredes Rangel.
Por supuesto está el factor más importante que es el propio gobernador José Reyes Baeza y los sectores de presión y otros poderes fácticos, que deben ser tomados en cuenta como los empresarios, también estos últimos no forman un bloque monolítico y se ven muy divididos. Sobre todo en dos grandes bloques, los empresarios juarenses y los empresarios chihuahuenses.
Encargado de operar su propia sucesión se encuentra el gobernador Reyes Baeza, quien con su sensibilidad probada y su experiencia de toda la vida en la política, –nunca ha trabajo en otra cosa–, toma las medidas que considera pertinente para que el «elegido» llegue a buen puerto sin mal heridos y que los perdedores no se vayan a convertir en un factor de desazón interna o división que pueda tener por resultado la pérdida de la gubernatura.

Terna sólo hay una
Aun cuando han sido llamados seis jugadores a la mesa, la verdad es que solamente tres están jugando en realidad y sólo uno de ellos ya fue electo, el asunto está en que los dos restantes se acomoden a las circunstancias y las acepten sin pillar o por lo menos sin pillar a muchos decibeles y en público… que no pase de una borrachera con los amigos en privado, como muchas veces a sucedido.
No llegará el mes de diciembre sin definiciones y uno tendrá una feliz navidad y dos no la pasarán del todo bien, aquí hay que recordar al «Filósofo de Rubio», quien siempre dijo que hay que estar preparados para ganar y para perder.
Mientras más se tarde el gobernador en tomar la decisión o en mandar señales inequívocas, más se complicará su sucesión y mayor será el beneficio que esto pueda aportar a Carlos Borruel Baquera.