Calderón, reprobado
como estratega
* La guerra inútil y costosa
* La guerra perdida de antemano
* La guerra que EU no quiere
Por Antonio Pinedo
Se dice en México que el jefe nato de las fuerzas armadas es el presidente de la república; esta es una definición ramplona y zalamera, ya que nato viene de nacimiento. Es mejor el término Comandante Supremo o como se dice en los Estados Unidos Comandante en Jefe. Viene al caso quien es el máximo.
Lo anterior viene al caso porque en el discurso y la propaganda estamos llevando a cabo una «guerra» contra el narcotráfico, aunque por boca de Eduardo Medina Mora, cuando aún era el Procurador General de la República, nos enteramos que no sabíamos el berenjenal en el que nos metíamos, ya que el hoy embajador declaró, a dos años de iniciada la «guerra», que no tenían la menor idea de la capacidad de fuego de las bandas del narcotráfico que, teóricamente, es la otra parte en el conflicto que se desató por una impronta presidencial el 11 de diciembre de 2006.
Los niveles de violencia y delincuencia anteriores al 2006, se han superado sobre cualquiera de las expectativas más pesimistas en los últimos tres años. Ciudad Juárez, que se ha convertido en el punto más cruento de estas batallas entre capos de la droga, ha pagado con su presupuesto municipal, cientos de millones de pesos por la presencia militar, que ningún alivio o seguridad han traído a los fronterizos, con lo que esta «guerra» a parte de inútil se ha convertido en muy costosa en términos económicos, no sólo de vidas.
Comentábamos en párrafos anteriores sobre las declaraciones de Medina Mora, porque hace más de dos mil años, el teórico de la guerra chino Sun Tzu, entre sus primeras recomendaciones está la de no entrar en combate si tus fuerzas no son el doble de las del enemigo, incluso aconseja sólo entrar en guerra, cuando ésta está ganada de antemano. En síntesis, el presidente Felipe Calderón, como comandante supremo de las fuerzas armas es un verdadero fiasco.
Es entonces cuando cobra credibilidad el repetido dicho que entró a esta loca guerra, con afanes de ganar legitimidad, misma que no obtuvo en las urnas, ya que llegó con la acusación de haberse robado la elección en perjuicio de Andrés Manuel López Obrador.
La guerra perdida
Estudiosos del tema del narcotráfico, han insistido en que una lucha frontal contra las bandas del narcotráfico está perdida de antemano, por la gran capacidad económica y de corrupción de estos grupos delictivos, además por su invisibilidad si se tratara de una guerra real, ya que el hecho de que sea contra civiles, les permite mimetizarse entre la población en general. Estamos partiendo del supuesto de que la «guerra» sea en serio y no un mero artificio propagandístico.
Estudios y encuestas de todo el mundo hablan de que el cinco por ciento de la población es proclive a tener una adicción, no necesariamente a las drogas, puede ser al juego, una ludopatía, al sexo, al licor, al cigarro, en fin y de ese cinco por ciento un dos por ciento en promedio lo es a los psicotrópicos antes de 1914, que inició la prohibición de drogas y ahora a casi cien años de existencia del narcotráfico.
Los EE.UU. al margen
El consumo de drogas en México en el nivel de adicción, se ha mantenido durante todo el siglo veinte y lo que va del XXI, lo que, según los estudios se ha producido es un mayor número de personas que han experimentado con las drogas, por una sola vez o esporádicamente.
Es evidente que en los Estados Unidos, en donde el mercado es mayor que en otras partes del mundo, sobre todo por su capacidad económica y su población de más de trescientos millones de personas, la estrategia para el combate es totalmente diferente e incluso hay una corriente creciente que pide su legalización y en gran medida lo han logrado.
Hasta el momento quince estados del vecino país han autorizado leyes que permiten el uso controlado y para usos medicinales de la marihuana y algunas otras drogas. En Oregón hasta Cafés para el consumo hay, pero por esa vía están Arizona, California, Alaska, Hawai, Nuevo México y otras entidades.
Es claro que la guerra total y en todos los frentes que el presidente Felipe Calderón, ha declarado en México, no está en los planes de los Estados Unidos y por el contrario, les preocupa la inestabilidad que en su frontera sur está ocasionando esta táctica de legitimación electoral de Felipe Calderón, que ya ha cobrado más de 16 mil vidas en todo el país y cuatro mil de ellas en Ciudad Juárez. Si tuviera alguna intención por acabar el flujo de drogas a los Estados Unidos, podría empezar por controlar la venta de armas para México, pero basta ver el tipo de armas que se ofrecen en las cientos de ferias que se realizan a lo largo de la frontera sur y en ciudades como Las Vegas, para tener la certidumbre del mercado que buscan, son escuadras y ametralladoras, con piedras preciosas incrustadas y con chapa de oro… la guerra contra el narcotráfico no se dará en Estados Unidos, no la desea ni la va a librar, por lo menos en su propio territorio y menos con el fin último de acabar el narcotráfico; podrá usarla como pretexto para la instalación de bases militares, como lo pretende hacer en Colombia, pero no habrá guerra contra el narcotráfico, sólo los ilusos mexicanos nos estamos matando, por la impronta del jefe nato de las fuerzas armas mexicanas Felipe Calderón Hinojosa.
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