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miércoles, 13 de enero de 2010

Lebaronicemos Chihuahua: Estoy aquí por los errores que nos quitaron la seguridad




Por Ark Sánchez




Chihuahua, Chih.; Lebaronizar Chihuahua, es la meta de  Clarence Lamar Jones Stubbs, Clary Jones, precandidato a gobernador por el Partido Acción Nacional.
“Ante los errores que el Gobierno del Estado ha cometido en materia de seguridad en los últimos tres años, tenemos que hacer en todo Chihuahua lo que hicimos en el noroeste” anticipa.
Horas después de reunirse, por primera vez, con Carlos Marcelino Borruel Baquera, al aceptar la invitación del ex alcalde capitalino que renunciara en pos de la nominación de su partido como candidato al Gobierno del Estado, Jones reitera que no busca una diputación u otra posición política, sino el Poder Ejecutivo Estatal.
“Estoy aquí por los errores políticos que nos quitaron la seguridad. A mi me sacaron del feliz entorno familiar, y de mi negocio, para liderar el movimiento en Lebarón”. Asegura que si hubiera buscado una diputación, hace mucho que había sido diputado, pero no lo había hecho porque le encanta su trabajo y le gusta mucho estar con su familia.
Los motivos de Clary son más que políticos...
Quien fuera alcalde de Galeana, por una coalición pan-perredista, de 2001 al 2004, tiene ahora una misión inspirada por Dios y un compromiso con Benjamín Lebarón y Luis Widmar, considerados mártires universales del movimiento social antisecuestro, Asume la responsabilidad de responder ante su pueblo y por su pueblo. Sin miedo a la muerte, aclara, con actitudes y pensamientos cristianos, porque lucha por una causa que es de los demás.
Tras cuatro días de ayuno y pedir a Dios el consejo y la sabiduría, se aventó a la política, buscó a los líderes panistas... Y allí anda, organizando su precampaña... con el noroeste en los hombros y tratando de cargar ahora al estado.
Sentado, solo, en una mesa del Denny's de la Ortiz Mena, cierra una conversación telefónica para atender la entrevista con Semanario.
Chihuahua pasa por la peor crisis de los últimos 100 años, advierte: “La revolución de 1910 no es nada con lo que estamos sufriendo ahora. La elección de este año, en consecuencia, es la elección más importante de los últimos 100 años. La decisión será si nos quebramos o prosperamos. Esta crisis ha crecido por la falta de decisiones de calidad en el estado. Por eso, desde hoy, debemos sacar a Chihuahua de esta crisis”.
Sin saber si anda bien o mal, sin conocer del todo los entresijos de la política a esos niveles, según acepta, tiene la esperanza de que la ciudadanía chihuahuense lleve este movimiento social al Poder Ejecutivo Estatal, “para lograrlo debemos hacer en el estado lo mismo que llegamos a hacer en Lebarón”.

ESTA ES LA HISTORIA

En Lebarón, afirma Clary, tenía una vida ideal, dedicado a la empresa pegada a tu casa, viviendo muy a gusto... Pero llega el secuestro a la comunidad... ¡Llega el secuestro!
Si estoy en mi carpintería y me dicen “me acaban de secuestrar” o “me secuestraron a un familiar” pues no les voy a decir que esperen a que me desocupe... Teníamos que actuar de inmediato. Un hermano se quedó en el negocio...
Recuerda que el día que la comunidad se reunió para tratar el tema del secuestro habían atropellado a su hermano menor.
“Yo ni ganas tenía. En la reunión se expresaban muchas ideas. Estaban muy divididos, como está dividido el Estado. Predominaba la anarquía. El deseo de tomar la ley en las propias manos... donde lo último era el gobierno o presionar al gobierno. La situación se salía de control, el ambiente estaba enardecido, intenso. Ya nomás faltaba que hubieran dicho '¡Vayan por sus rifles!' y se había levantado toda la gente”
Es como un perro normal, equipara, que cuando se reúne con otros, empieza a hacer otras cosas muy diferentes. En la reunión no éramos nosotros mismos.
Entonces William, un primo mío, me dijo:
-“Nomás tú tienes la cabeza fría, tienes que participar, tienes que decir algo que tenga sentido”.
-“Va a hablar Clary...”, dijeron. Estaba un desbarajuste, pero de pronto todo se calmó. Se hizo un silencio absoluto. Allí estaba yo caminando, arriesgándolo todo, familia y negocio. ¡Ni modo! Por alguna razón será...
-”No son tiempos de medios esfuerzos” les dije. Y les hice una pregunta: “Como chihuahuenses y como mexicanos ¿creemos en la soberanía de México, sí o no? Si la soberanía no existe sólo te queda la anarquía. Debemos peticionar al gobierno, presionar al gobierno, con el sacrificio mínimo, con mínimas pérdidas de vidas. No podemos ir con rifles a recoger a Erick, con balas tipo Rambo. Esta es la vida real... Debemos estar dispuestos para protestar, para presionar al gobierno y complicar las negociaciones, que se compliquen los secuestradores”.
Se levantó entonces el papá de Erick y dijo:
-“Es la idea que más me ha gustado”. Y se dijo más:
-“Debemos tener fe en nuestro gobierno, y si es necesario debemos tenerle una fe ciega... Si el gobierno no puede ya van a saber que no pudieron. Ahora debemos  hacer algo para solucionarlo”
Luego nos fuimos a un cuarto de atrás y organizamos la protesta... con muchos temores, revela Clary. ¿Qué fregados recomendar entonces? ¿Y si nos friegan, si matan al joven, etc.? Tuvimos que tomar decisiones muy canijas.
“Hasta entonces sentí el apoyo completo de mi comunidad, que estaba dividida como está Chihuahua. Desarrollamos la idea que les gustó. Se alinearon todos, siguieron esa idea. Y ya es una causa para la comunidad”.
Mi meta, entonces, era rescatar a Erick, dice.
Y empezaron las negociaciones, nerviosos en la protesta de tres días. La procuraduría dijo que harían lo posible y nosotros dijimos ya hicieron lo posible... ¡Vámonos!, con cierta satisfacción... Los secuestradores no habían cobrado el precio de la vida de Erick. Fuimos tranquilos. Negociamos. Logramos el rescate de Erick. Nuestro pueblo estaba blindado. Era un logro grandisisísimo.

CUNDE EL EJEMPLO

Pero de allí, como el ejemplo había cundido, se fueron a otras comunidades: “Para nosotros era rescatar a Erick y olvidar el asunto. Pero nos pedían organizar sus comunidades contra la extorsión y el secuestro. Teníamos que ayudar ante tanta preocupación. Dimos la cara. No pudimos decir no. El tema del secuestro nos llevó a tener relaciones con el Gobierno del Estado. Había presión en los medios, nos atendían como si fuera el gobernador. La gente denunciaba, por la experiencia, por el éxito que tuvimos en el noroeste”.
Nacían nuevas formas de organización comunitaria y la gente se responsabilizaba.
“Queríamos fortalecer al gobierno, no criticarlo. Desde el movimiento le dijimos al gobernador que nos pidiera qué hacía falta, pero el gobernador no supo qué pedir... Los políticos así son, están acostumbrados a dar, a gobernar según ellos, nunca a pedir o a incluir al pueblo en sus decisiones”.
Jones recuerda el tiempo de la inauguración del Equipo Antisecuestros. Los del gobierno, hasta habían ido a Colombia para saber cómo atacar el problema, destaca. Pero al llegar al C-4 el ambiente estaba tan espeso, en rebanadas como una naranja. Pensaba: dónde estoy, en qué estoy parado. ¿Estaban los enemigos presentes? Nadie se atrevía a participar.
Recuerdo que le comenté a Benjamín que esa gente -o quienes lo llegaron a matar- iban a hacer algo antes de que creciera el movimiento.
-“¡Vámonos de aquí, carajo! ¡Nos van a matar! No la vamos a contar. Nosotros pusimos las caras. Traemos al noroeste sobre nuestros hombros. No vamos a poder con el paquete”, le dije a Benjamín. No quería ni regresarme por allí.
-“¿Qué hacemos”, preguntaban.
-“Vivir, para pelear otro día”, les dije. Benjamín -Dios me lo bendiga allá donde esté- argumentaba:
-“Tú has visto las caras de la gente cuando los apoyamos, lo bueno del movimiento. Yo no puedo decirle a esta gente que no. ¡Que tope donde haya que topar! ¡No puedo hacerme para atrás!”
Ese día, confiesa Clary, después de oírlo, me fui como un “rajado”, como un “cobarde”. Pero iba piense y piense y piense: Muertos no vamos a hacer nada. El movimiento se acaba. Y luego volvía a las razones, era tentadora la oferta de quedarnos y luchar con la gente, que se merece más protección, más garantías. Y en el noroeste lo estábamos logrando... Pero nos mataron a Benjamín, y a Luis por haber querido ayudarle...
¿Qué vamos a hacer ahora sí? ¿Qué sentido tiene esta situación? ¿En qué se va a convertir esto? Los hermanos, la familia, la comunidad quería justicia a como dé lugar. ¿Cómo volver a la paz? ¿Cómo retomar ese difícil camino? Todo eso pensaba Clary.
“Estaba devastado por la tristeza, al ver a las esposas de los dos, los hijos de los dos. Ellos estaban haciendo cosas justas y murieron. Eran dos ciudadanos de la comunidad súper necesarios. Eran personas de bien, con la familia, con la empresa. Nos cobraron el precio máximo. Nos quitaron dos vidas, dos padres que se resistían a permitir que siguiera ese tipo de vida con los secuestradores”.
Entonces no había más que pensar, agrega. Sólo trabajar duro, con todo, con la entrega ante el gobierno. Teníamos que denunciar. Teníamos que trabajar, pero no había garantías. El Gobierno del Estado no tiene capacidad ni para proteger a los suyos. ¿Qué vamos a hacer...? Esa era la cuestión, señala Jones.

¿GOBERNADOR?

Revela que ya en la comunidad, con calma, discutían a cuál candidato iban a apoyar contra el problema, contra la enfermedad que padecían... Nadie les convencía.
-“¡Aviéntate tú!”, le dijeron a Clary.
-“¿Pero la gubernatura? No entienden que ganar esa lucha es un reto enorme, no me veía capaz de hacerlo realidad... Pero tenía que definirme”. Así se lo exigía la comunidad.
“Ayuné por cuatro días. Quería apartarme, para pensar profundamente lo que teníamos que hacer. Había más que hacer... Total, me definí ante Dios: Si es una imposibilidad, si cada éxito o fracaso se lo acreditan a uno, si este es el destino que tienes para mí... ¡Adelante!”.
Voy a platicar con los panistas, cuenta que se dijo entonces a sí mismo, sin saber qué es esto, en esos niveles. Me motivaba lo único decente que hay en este entorno: la ciudadanía, lo único, la única esperanza... Si vamos a las elecciones lo hacemos por una actitud, por un tipo de gobierno que sepa incluir a la ciudadanía como parte de la solución... Hoy todavía lo expresa francamente: “No sé si ando bien o mal, pero traemos mucho entusiasmo...”
Ha recorrido gran parte del estado, las principales zonas: “Donde quiera que vamos la gente sabe lo que se tiene que hacer, pero hay fuerzas que no permiten que se haga lo correcto, fuerzas que tratan de mantener las cosas estancadas”.
Así parece que estamos enfermos todos de egoísmo, afirma. El egoísmo se ha apoderado del Estado. Lo peor de todo es que la gente buena sea egoísta, que no participe. En esa situación, si nos pasa algo, ¡estamos fritos!
Diagnóstica y advierte: Chihuahua pasa por la peor crisis de los últimos 100 años. Por decir un ejemplo, el 80 por ciento de los empresarios de Nuevo Casas Grandes está fuera de la ciudad, eso significa que no hay trabajos. Los romanticismos entre pobres y ricos ahora son locuras. La gente quiere trabajo y los buenos empresarios necesitan esa gente. Si vemos un aula llena de niños en cualquier escuela, cuando sean adultos sólo uno y si acaso dos, serán dueños de un negocio.
¿Qué le pasa a Chihuahua en la revolución de 1910?, se pregunta Clary: Hasta ese momento, los chihuahuenses eran primermundistas. Tenían una mejor vida, pero se arma la revolución, se van los que proveían empleos y los chihuahuenses pasan al tercer mundo. Después Monterrey rebasó a Chihuahua en importancia.
“Aquello no es nada comparado con lo que estamos sufriendo ahora, por eso decimos, sin duda, que la de este año es la elección más importante de los últimos 100 años. La decisión será si quebramos o prosperamos. Esta crisis ha crecido por la falta de decisiones de calidad en el estado. Por eso, desde hoy debemos sacar a Chihuahua de esta crisis”.
Interrumpe sus diagnósticos y vuelve a su testimonio: “No me da miedo la muerte. Lo que más me duele de la muerte es el futuro de mi esposa y de mis hijos. Si somos cristianos, al morir por una causa de los demás te va bien allá en los cielos. Si te matan tratando de luchar, vale la pena la vida, lo carajo es imaginar a tus pobres hijos y tu esposa viuda... Por eso no se puede restar mérito, nadie le puede restar mérito a la vida y al sacrificio de Benjamín y de Luis”.
“Es muy importante que la gente sepa la historia”, reitera.
Pero sabe que Lebarón no es el único pueblo que está sufriendo. Tampoco son los únicos organizados. Por eso espera que, en todo el estado, se luche desde diversas trincheras para llevar este movimiento social hacia el poder, un movimiento que inicia después de los secuestros en Lebarón. “Ahora debemos hacerlo  como estado, hacer en el estado lo mismo que llegamos a hacer en Lebarón, al pueblo, con el pueblo y desde el pueblo”.
Clary insiste: “Tenemos que lograr la trinchera del Gobierno del Estado, para hacer decisiones como nosotros, basados en la participación ciudadana, porque el solo gobierno no puede con el paquete. Por eso expusimos nuestras metas en la primera plática que tuve con Carlos Borruel, tras aceptar la invitación que nos hiciera. Nos preocupa que, como lo hizo él, los demás precandidatos, de todos los partidos, hablan de todo menos de seguridad”.
Los pretendientes a la gubernatura, están enfocados  a hablar de supuestos éxitos, de “sus” enfoques, pero la seguridad no es su enfoque, por eso no tienen ni hablan de logros en materia de seguridad, abunda.
“En estos tres últimos años, el Gobierno del Estado ha cometido muchos errores que nos han arrebatado la seguridad. Y son errores del Gobierno del Estado, porque tiene que estar más cercano al pueblo, porque tuvo la negligencia de no atender el problema, o por lo menos no gestionar, no exigir...”
Y allí está Clary Jones en la batalla, rompiendo paradigmas, dispuesto a enfrentar a Carlos Borruel, con la esperanza de obtener la candidatura de su partido a gobernador, primero, y, después, derrotar a los demás candidatos en las elecciones constitucionales.
Lebarón, un poblado de resonancia mundial, bien vale una campaña estatal.
Lebaron bien vale una nueva lucha de David contra Goliat...

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