Por Antonio Pinedo
El síndico municipal Eloy Villar Calvillo, es muy claro: la deuda a proveedores puede llegar a los 250 millones, más los 550 millones, que alcanza la deuda por el transporte semimasivo, no obstante lo anterior se incumple por lo menos el cincuenta por ciento de las líneas marcadas en el plan de desarrollo municipal. O sea que José Reyes Ferriz, deja un gobierno municipal extraordinariamente endeudado y no cumplió ni con la mitad de sus metas de gobierno, el dinero se le esfumó en las manos, lo cual requiere por lo menos una investigación seria, una auditoría.
Tiempos traen tiempos
El Filósofo de Rubio, Artemio Iglesias Miramontes, entre sus muchos dichos tenía aquel de «A puñaladas iguales, llorar es cobardía», nos viene a la mente este apotegma, porque la cantaleta de la actual administración por lo menos los primeros seis meses de la administración, fue el culpar a la anterior administración por la falta de obras o trabajo a partir de la deuda que se les había dejado.
Los tetistas ya se relamen los bigotes, así debe ser literalmente con Juanito Salgado, quien tiene no únicamente bigotes, sino barba, es muy probable que traten de exponer a la actual administración, como extremadamente disfuncional y sin resultados, y ciertamente hay mucha tela de donde cortar en esa línea.
Es pues, un escenario posible el que de entrada se ponga gran énfasis en las condiciones en que se recibe la administración, sin patrullas, con policías que no han sido formalmente contratados, sino que cobran por raya, sin obra pública visible o tan mínima que nadie la conoce. Tal vez el transporte semimasivo, en el que se trabaja a marchas forzadas, no obstante que desde hace mas de tres años, se comprometió a su realización, pueda ser la gran obra del trienio, sin embargo aquí hay una gran inversión del estado y además el transporte público es regulado por el gobierno de Chihuahua… en fin, los tetistas deben estar pensando en la dulzura de la venganza.
Equipos políticos
Es claro que en torno a Héctor Murguía Lardizábal, desde principios de los noventas gravita una serie de personajes que en su conjunto podríamos llamar el equipo de «Teto», con bajas importantes a estas alturas como la de Miguel Ángel Calderón, pero en general bastante homogéneo y perfectamente identificable, casi todos ellos o fueron presidentes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, o bien fueron funcionarios de la mencionada cámara.
Son los tetistas pues, quienes tienen en torno al líder del equipo un proyecto ya muy claro y platicado desde por lo menos hace tres años, que es el de llevar a Héctor Murguía Lardizábal, a la gubernatura, sin importar por supuesto que no haya tomado posesión el gobernador electo César Duarte Jáquez.
No son los únicos, también en torno a Adán Quezada, presidente electo de la ciudad de Chihuahua, se forma ya un equipo, que está formado básicamente por el baecismo y que de alguna manera significará su continuidad, y por supuesto que lo que tienen en mente es hacer una presidencia municipal que trascienda para que en seis años más esté consolidado y sea viable un proyecto político para la gubernatura.
Algo similar se puede decir de Alejandro Cano Ricaud, quien reúne en su entorno a personajes de su presidencia municipal que fue de 2001 a 2004 y que tienen personalidades que en el cruce de las redes del poder se pueden identificar en algunos casos con el patricismo y en otros con el baecismo, pero que finalmente están conformando al grupo afín a Cano Ricaud, que seguramente buscará mejores posiciones para 2016… así es la política.
¿Y el equipo de Duarte?
Es claro, es evidente que César Duarte tuvo el talento y la habilidad necesaria para ganar a todos los anteriores grupos juntos la nominación del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura, pero es igualmente claro, que no se ve con nitidez su equipo propio, el duartista, el afín, el leal sólo a esa camiseta.
Es fácil armar un posible gabinete para Murguía Lardizábal. Igual condición se presenta con Adán Quezada, pero en el caso de Duarte Jáquez, es claro que se trata de armar por medio de los especuladores en columnas políticas, a un equipo de gobierno lleno de parches, no se ve un duartismo claro, ya se verá a finales de septiembre si éste existe o es capaz de crearlo el gobernador electo o efectivamente se armará con parches, como se especula en las columnas políticas de la capital.
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