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miércoles, 4 de abril de 2012
Diluvio de «spots» lo sobresaliente
Por Rodrigo Borja
Los candidatos a la Presidencia de México comenzaron sus campañas con promesas de un «cambio» profundo acabar con la violencia que sacude al país y combatir la pobreza y la corrupción.
Tempraneros; los aspirantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto y del Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, iniciaron sus actos proselitistas desde el primer minuto del 30 de marzo, la fecha establecida para el arranque de la campaña proselitista de los comicios del 1 de julio.
El priista escogió iniciar con un acto multitudinario en Guadalajara, capital de Jalisco, el candidato del PRI y del Partido Verde Ecologista, el favorito según todas las encuestas, exhortó a los mexicanos a «iniciar el gran cambio que el país necesita».
El mexiquense fue quien más espectacular inicio de campaña tuvo. Invitó a los ciudadanos a participar en un «movimiento para despertar conciencias» y sacar al país de la violencia, la pobreza, el desempleo y fortalecer las «instituciones débiles y desacreditadas por la ineficacia y corrupción».
En Jalisco gobernada por el PAN desde hace dos sexenios firmó ante un notario público las primeras medidas que adoptará en caso de llegar a la Presidencia. Se comprometió a eliminar 100 lugares en la cámara de diputados.
Con una ventaja de veinte y treinta puntos con respecto al PAN y PRD respectivamente, el priista se comprometió a recuperar la paz, combatir la pobreza, impulsar la educación, el crecimiento económico y restablecer el liderazgo del país en el extranjero.
También en el primer minuto del viernes, pero de manera menos ostentosa, Josefina Vázquez Mota pronunció un discurso ante unos 200 simpatizantes y la cúpula de su partido en el que también prometió recuperar la paz y el pleno Estado de derecho «sin claudicar ni negociar» con los delincuentes.
En consonancia con la actual política presidencial, aclaró que no pactará ni negociará con los criminales, en la misma línea del actual presidente Felipe Calderón, quien en diciembre de 2006 lanzó una lucha frontal contra el crimen organizado.
Dijo que pese a los avances logrados en casi 12 años de Gobierno del PAN, admitió que aún «la transformación de México está incompleta» y que el país requiere «un cambio más profundo».
Por su parte Andrés Manuel López Obrador dijo en una rueda de prensa que el 1 de julio los ciudadanos decidirán entre «más de lo mismo, una república de corrupción, injusticia y privilegios que está destruyendo a México, o un cambio verdadero para vivir con justicia y tranquilidad».
AMLO quien ya compitió como candidato en las elecciones del 2006, representa a una alianza de izquierdas encabezada por el PRD. Ante medio centenar de periodistas en su casa de campaña en Ciudad de México, dijo que «hay cuatro candidatos, pero dos proyectos».
Está el proyecto de Peña Nieto, Vázquez Mota y Gabriel Quadri, del minoritario Partido Nueva Alianza (Panal), que es «más de lo mismo», y el del «cambio verdadero» que él impulsa para lograr «una nueva república justa, humana, digna, libre, democrática y amorosa».
«Volveremos a ganar», afirmó al destacar que ahora la izquierda está más organizada porque la alianza se construyó «desde abajo». López Obrador se desplazará a Tabasco y Veracruz para reunirse con sus seguidores.
Vázquez Mota ha dado la nota
Desde el 11 de marzo, Josefina Vázquez Mota y su equipo han tropezado y en las redes sociales sus resbalones han tenido gran repercusión.
A partir del domingo, en que los asistentes a su toma de protesta como candidata presidencial del PAN abandonaron el Estadio Azul mientras ella todavía daba su discurso, no ha habido semana en que ella o sus cercanos no tenga un acto que despierte aviesos comentarios. Desde el once de marzo, los eventos han estado en distintos ámbitos. Comunicación, logística y hasta en la salud de la propia candidata, cuando tuvo un ligero mareo mientras daba un discurso ante organizaciones civiles.
Todavía en veda electoral, siguió empeorando la panista, en donde dijo: «Yo estudié en la escuela pública hasta la vocacional del Politécnico. Y bueno, como nadie es perfecto, me fui a estudiar Economía a la Ibero», dijo la candidata en un chiste fallido a los itamistas. La declaración molestó a alumnos y ex alumnos de la Universidad Iberoamericana, sobre todo en Twitter.
Después del resbalón con la Ibero del 14 de marzo, al siguiente día se dio a conocer un fragmento de su tesis académica en donde calificó a la UNAM como «un monstruo (…) Su función era educar, pero poco a poco fue convirtiéndose en una institución política, en un monstruo que alberga más de medio millón de estudiantes que lamentablemente no tienen ningún interés en su preparación profesional».
Siguieron los problemas para la panista, quien en un evento con la presencia de Mario Vargas Llosa, identificó al escritor como Premio Nobel de la Paz. Siguió en arenas movedizas, ya que el día 19 se dio a conocer una llamada telefónica en la que la panista acusó al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y a la vocera de la Presidencia, Alejandra Sota, de grabar sus conversaciones.
Fortalecer el lavado de dinero
Una tras otra, para la panista, quien el segundo día de campaña, habló de «Fortaleceré el lavado de dinero», sin duda un lapsus que tuvo amplia repercusión en Twitter y Facebook.
Faltan 86 días de campaña, apenas han pasado cuatro desde el arranque y la candidata panista anunció que presentará nuevos spots con los que espera mostrarse a la gente como realmente es. Las televisoras ya hartan al público con el diluvio de «spots» de la campaña presidencial, cuyo número alcanzará los diecinueve millones en 90 días…
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