Editorial

Zona Libre

                Suena muy bien el proyecto de declarar zona libre a Ciudad Juárez, pero simplemente ningún gobierno establecido se  dará a la tarea de hacer de una ciudad fronteriza una zona de excepción fiscal y menos regresar al esquema que privó durante casi todo el porfiriato, de 1885 a 1905 en que toda la frontera norte fue zona franca.

                Diferenciamos entre gobierno establecido y promesas de candidatos en campaña, porque estos últimos podrían incluso aventurar una promesa en ese sentido que finalmente no se pondría en operación. De hecho el candidato priista Enrique Peña Nieto, lo más que llegó a decir en su primera visita a la frontera fue que revisaría el caso, no se comprometió a más y eso que está buscando votos y en estas circunstancias lo más fácil es prometer, sólo que una zona libre para Ciudad Juárez, no la va a prometer nadie. Ninguno de los candidatos a la presidencia, salvo tal vez Gabriel Quadri, quien tiene escasísimas posibilidades de llegar a la presidencia podría aventurarse por esos rumbos.

                Los argumentos a favor para que una zona libre se establezca en Ciudad Juárez, son muchos y muy ventajosos para nuestra ciudad, las posibilidades de que se logre son prácticamente inexistentes, por la simple razón de que no darán un trato preferencial a esta frontera sobre otras poblaciones del país, al momento de autorizar la primera zona franca, en alguna ciudad fronteriza, lloverían las peticiones para abrir más zonas de excepción fiscal en diversos puntos de las fronteras y las costas sobre todo.

                Ante esa realidad, ya que desde hace más de cien años, los juarenses quisieran volver a tener en Ciudad Juárez una zona libre, lo que debe empezar a operarse es un plan de acuerdo entre las élites fronterizas y cuando hablamos de élites, nos referimos a las económicas, políticas, intelectuales y organizaciones sociales, para llegar a un acuerdo sobre la ciudad que queremos y que sea posible.

                A partir de un acuerdo, el trabajo es de todos, la situación geográfica nos favorece y millones de viajantes pasan por El Paso, por lo cual las posibilidades de crear infraestructura turística, es uno de los caminos, lo cual se comprobó con el Programa Nacional Fronterizo, (PRONAF), pensar en crear atractivos turísticos, rescatar los existentes y vender a Juárez, como un destino de recreación es uno de los caminos, las actividades económicas de servicios ya han sido muy importantes para la economía fronteriza y sigue siendo una vertiente viable.

                A esos millones de viajeros que pasan por la  carretera Interestatal 10, se les puede retener 24 o 48 horas en la zona Juárez-El Paso y la derrama económica posible es prometedora, aparte de que se debe trabajar sobre hacer de Ciudad Juárez, una auténtica puerta de entrada a la entidad, que ofrece muchos atractivos y al país. Es posible crear en Juárez una infraestructura turística que sea una ventana a México, que una visita de 24 o 48 horas, deje la sensación en el turista de que se conoció un poco de la cultura mexicana, nuestra riqueza histórica regional  es impresionante y muy mal aprovechada.

                La  situación geográfica ha demostrado que es inmejorable para la industria de ensamble, pero debemos pasar de la etapa de mano de obra abundante y mal pagada a una industria de alta tecnología, con empleos mejor pagados, ya existen ejemplos de que se puede dar el salto por esta vía. Las posibilidades son muchas y todas deben ser explotadas es urgente que la diversificación en la economía tenga acta de naturalización en nuestra ciudad… la zona franca no pasará de ser un promesa de campaña, si algún candidato se anima a ofrecerla.

Editorial de la edición 1026