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jueves, 28 de marzo de 2013
Columna
Estrictamente
personal
Suspendido el
péndulo en Parral
Por Antonio
Pinedo
—Estaba muy caliente el ambiente —señala con la mano la
parte baja de su asiento y dice, aquí traía una Uzi y todos mis cuates andaban
armados, estábamos muy encabronados, dispuestos a todo por el descarado fraude.
Como si ya antes lo hubiera
reflexionado, agrega sin pausa, y con el
mismo tono:
—Era una pendejada.
Corría el 2002, ya muy adelantado, había pasado casi un año
de su período como alcalde de Parral y sin decir «agua va», me invitó a subir a
su camioneta y recorrimos el municipio y explicaba sus logros de gobierno, muy
interesantes por cierto. Muy de fondo, un buen alcalde que no tuvo un buen aparato
de comunicación social y su obra entre las mejores de los últimos 30 años, luego
del «boom» panista de 1983 y el inicio de la alternancia en Parral, no tuvo en
la siguiente elección el reconocimiento merecido.
Los paisanos que en 2001 señalaban
como principal problema la inseguridad, ya que sólo el 29 por ciento
manifestaba sentirse seguro durante el proceso electoral y a la vuelta de un año, el setenta por ciento
se sentían seguros pero reprochaban:
—Es que Bernardo piensa que todo es
la policía, hay más cosas que hacer.
Lo cierto es que es que el esfuerzo
fue importante, pero no supo «cacaraquear el huevo».
Miguel
Jurado
Bernardo, un par de años atrás por
lo menos, me había presentado a Miguel Jurado Contreras, alcalde de Parral en
la primera mitad del sexenio de Patricio Martínez, era día de descanso
obligatorio, sin embargo en la casi desolada nueva presidencia municipal, los
funcionarios de primer nivel habían sido convocados y llegaban muy de descanso,
como el propio Miguel, que en pantalones de mezclilla y camiseta deportiva de
manga larga, presidía la reunión de trabajo, me dejó la impresión de un hombre
cortés y respetuoso, quien si me cayó a todo dar fue su hermano Francisco,
quien es dado a la algarabía.
Bernardo venía de ser diputado local
y ocupaba — si la memoria no me traiciona— la Oficialía Mayor en el gobierno de
Jurado Contreras. Fue un diputado aguerrido, un alcalde muy trabajador y una
persona abierta, cálida y de fácil trato —no me olvido de la Uzi—.
La
alternancia
Nadie como los parralenses para la
alternancia, ningún otro municipio de Chihuahua, tiene ese comportamiento
electoral; nunca dan cheques en blanco y cobran rápido si no se cumple, también
es importante su sentido de votar por las personas sin importar gran cosa los
partidos. De otra manera no se entendería su historia política reciente.
El «Boom panista de 1983», llevó a
la alcaldía a Gustavo Villarreal un hombre moreno, vigoroso, de carácter vivo
que dejó buena imagen como alcalde, aunque después entre los panistas se
empañó, por su gusto por las muchachas, situación por demás normal, pero con su
notoriedad y lo modosito de los panistas, se le acabó la carrera política.
En la elección de 1986, el PRI
regresó, en la controversial elección tantas veces citada, fue la época en que
Bernardo, con la Uzi bajo el asiento y sus amigos estaban dispuestos a todo y
en Parral se dieron los eventos poselectorales más violentos, se voltearon y
quemaron vehículos, se tomó la presidencia municipal, lo cual dio oportunidad
de construir una nueva, porque nunca fue entregada y terminó dedicada a Centro
Cultural. En fin se iniciaba una temporada en que PRI o PAN gobernaban en forma
alterna, por no más de dos períodos seguidos. Así es como el PAN regresa hasta
noventa y dos con Adalberto Gutiérrez Meléndez, quien nunca pudo dejar de ser
locutor para convertirse en alcalde aunque fuera por tres años. Por supuesto un
priista lo sucedió: Jesús José Villalobos.
El PAN regresó con Miguel Jurado
Contreras, quien invitado por su hermano Francisco entró al PAN, aun cuando
Javier Corral, se adjudica el fichaje. Miguel fue un alcalde muy efectivo e
inteligente, tan inteligente y capaz, que pudo sobrellevar con provecho para
Parral y dignidad personal el trato con Patricio «La perita en dulce» Martínez.
De su período viene el inicio del embellecimiento de Parral y el inicio del
mismo como destino turístico.
Le siguió Bernardo, quien estuvo a
la altura, pero no dejó sucesor, el candidato un panista muy reconocido en Parral
y un hombre con una trayectoria de trabajo: Félix Bueno Carrera, simplemente no
era ya figura para encabezar una elección, su papel estaba en ser la «vaca
sagrada» del PAN, el panista histórico, que por esa misma razón era de sobra
conocido por los parralenses, que le reconocen su bonhomía, pero también sus
ideas muy a la derecha que en décadas de lucha solitaria partidista había
expuesto, no era un candidato ganador.
Así pues, en los últimos 30 años, luego
del surgimiento del PAN como partido competitivo en Chihuahua, de diez acaldes
posibles seis fueron del PRI, cuatro del PAN, pero de los seis del PRI se puede
descontar la elección de 1986, para efectos de acercarnos mejor posible al
comportamiento electoral de los parralense. Ahora ese efecto pendular, se
detiene.
Miguel Jurado Contreras dejó de ser
panista hace menos de dos semanas, renunció el 14 de marzo, es claro que será
el candidato externo del PRI y su postulación original por el PT ya es un hecho.
Las encuestas lo ponen a 20 puntos sobre cualquier otro aspirante, el PRI no
quiere perder y el gobernador desea un alcalde dinámico para dar a Parral, todo
lo que desde hace tres años ha querido y no ha podido por no tener en la
alcaldía a la persona adecuada, César Duarte quiere el cariño de los paisanos,
quienes en dos de sus tres elecciones le han regateado el voto. El péndulo
queda suspendido con este extraño, aunque explicable híbrido.
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