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jueves, 4 de diciembre de 2008
Escenarios Políticos
Pérez Cuéllar en control
Por Antonio Pinedo
Hace algunos 16 años, el ex rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, el ingeniero Alfredo Cervantes García, trajo a colación la figura de Javier Corral Jurado y con su habitual tacto, me dio a entender que él no se explicaba como un joven tan brillante como Javier, era tan cercano a un tipo gris como Cruz Pérez Cuéllar. Aún recuerdo su cara de incredulidad y de ¡What!, cuando le respondí, palabras más palabras menos que, efectivamente Javier era un joven inteligente, pero que Cruz era un mejor político.
Aún tengo la sensación de que el ingeniero Cervantes se quedó con dudas sobre las motivaciones de mi respuesta a su inquietud sobre los dos estudiantes de Derecho que juntos fundaron la organización «Jus Pax», que terminó con los años convirtiendo a la escuela de Derecho de la UACJ de filopriísta en filopanista.
Corral Jurado venía de una niñez precoz, en la que empujado por don Aurelio Páez, había cobrado notoriedad, como «Niño Maravilla» —remoquete de don Aurelio—, quien sentía abierta y manifiesta simpatía por aquel niño de memoria prodigiosa que entre sus gracias más notables estaba el haberse aprendido de memoria algunos discursos de López Portillo y otros de Echeverría, que don Aurelio, le pedía constantemente que repitiera ante los políticos en boga para la diversión de todos, ya que Javier lo hacía con gracia natu-ral, una gracia que al parecer antes de la campaña del 2004 lo abandonó, para ser sustituida por la cara de un intelectual excéntrico quien habla para ser escuchado de pie y con respeto: empezó a pontificar, de ahí su desastrosa campaña por la gubernatura.
El sabio tiempo
La asociación temprana entre estos dos jóvenes no tiene en realidad misterio, los dos años de edad que Javier le lleva Cruz, ejercía sobre el más joven una especiae de mentoría aparente, ya que Javier Corral valoraba en Cruz, la inteligencia, que el ingeniero Cervantes por ejemplo, no pudo ver en su momento. Pero el haberse acercado al desempeño académico de cada uno de ellos habría dado un poco de luz sobre la aparentemente extraña relación, de hecho Cruz se recibió una década antes que Corral Jurado, no obstante tener dos años menos y de manera escolarizada, no por correo.
La cercanía y confianza mutua era tal que en la campaña de 1991, cuando Javier Corral, busco por primera vez un puesto de elección popular con sólo 24 años de edad, su jefe de campaña era Pérez Cuéllar, si es generalmente aceptado que Corral Jurado era y es un hombre inteligente, es de suponerse que escogió a otro joven inteligente para dirigir su campaña, que fue intensa y muy alegre aunque sin recursos económicos, fue el mejor candidato que nunca ha vuelto a ser Corral Jurado.
17 años después
Casi dos décadas después, las fichas se acomodan. Javier Corral ha sido tres veces parlamentario, dos por la vía plurinominal y en todas empujado por quien ha sido su gran impulsor: Francisco Barrio. Cruz por su parte también ha sido tres veces parlamentario, también dos por la vía plurinominal, impulsado por Javier Corral y una tercera ganada a pulso.
Ambos quedaron atrapados en la política, pero Cruz, tiene en este momento un segundo período como líder estatal del PAN, luchando incluso contra la labor proselitista de Pancho Barrio y Javier Corral, el primero en vías de convertirse en figura histórica del PAN, aun con su inminente embajada en Canadá y Javier, en reserva de la República, por lo menos cuatro años más.
Pérez Cuéllar a la larga, demostró ser el político más apto de los tres, porque finalmente política es conciliar los diversos intereses que se manifiestan en una comunidad o en un colectivo, como lo serían los partidos políticos.
En la última Asamblea Estatal Ordinaria del PAN, la XXIV, ganó la mayoría de los consejeros estatales, lo que conlleva el control del órgano colegiado, demostró en el discurso inaugural, que las dotes de orador se le dan, sin las estridencias y el efectivismo del estudiado manoteo de Corral Jurado. El discurso en gran medida improvisado, es una pieza digna de mayor espacio y reflexión.
Hablar de que derrotó al popular alcalde de la ciudad de Chihuahua Carlos Borruel, quien abiertamente buscó el control del Consejo Estatal, es otro tema, aun cuando es otra prueba de que Pérez Cuéllar, sabe los terrenos que pisa, ya que desde los tiempos de Guillermo Prieto, no había un presidente estatal que hubiera logrado una reelección que no haya sido consecutiva.
Un abrazo frío
Uno de los puntos culminantes de la asamblea fue la certificación como consejeros vitalicios de Javier Corral, César Jáuregui Robles y Margarita Ochoa de Lascuraín. Fue el momento emotivo, tanto por las cálidas palabras de Pérez Cuéllar a la señora Lascuraín, como por la forma en que el presidente estatal bajó del podio, quien acompañado del rijoso de Manuel Espino Barrientos, entregó en su propio lugar la certificación a la señora Lascuraín.
Hubo abrazos, pero el de Javier y Cruz, por cierto compadres de pila, fue frío, casi gélido. Tal vez sea el momento de retomar el tema con el ingeniero Cervantes García…s
Por Antonio Pinedo
Hace algunos 16 años, el ex rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, el ingeniero Alfredo Cervantes García, trajo a colación la figura de Javier Corral Jurado y con su habitual tacto, me dio a entender que él no se explicaba como un joven tan brillante como Javier, era tan cercano a un tipo gris como Cruz Pérez Cuéllar. Aún recuerdo su cara de incredulidad y de ¡What!, cuando le respondí, palabras más palabras menos que, efectivamente Javier era un joven inteligente, pero que Cruz era un mejor político.
Aún tengo la sensación de que el ingeniero Cervantes se quedó con dudas sobre las motivaciones de mi respuesta a su inquietud sobre los dos estudiantes de Derecho que juntos fundaron la organización «Jus Pax», que terminó con los años convirtiendo a la escuela de Derecho de la UACJ de filopriísta en filopanista.
Corral Jurado venía de una niñez precoz, en la que empujado por don Aurelio Páez, había cobrado notoriedad, como «Niño Maravilla» —remoquete de don Aurelio—, quien sentía abierta y manifiesta simpatía por aquel niño de memoria prodigiosa que entre sus gracias más notables estaba el haberse aprendido de memoria algunos discursos de López Portillo y otros de Echeverría, que don Aurelio, le pedía constantemente que repitiera ante los políticos en boga para la diversión de todos, ya que Javier lo hacía con gracia natu-ral, una gracia que al parecer antes de la campaña del 2004 lo abandonó, para ser sustituida por la cara de un intelectual excéntrico quien habla para ser escuchado de pie y con respeto: empezó a pontificar, de ahí su desastrosa campaña por la gubernatura.
El sabio tiempo
La asociación temprana entre estos dos jóvenes no tiene en realidad misterio, los dos años de edad que Javier le lleva Cruz, ejercía sobre el más joven una especiae de mentoría aparente, ya que Javier Corral valoraba en Cruz, la inteligencia, que el ingeniero Cervantes por ejemplo, no pudo ver en su momento. Pero el haberse acercado al desempeño académico de cada uno de ellos habría dado un poco de luz sobre la aparentemente extraña relación, de hecho Cruz se recibió una década antes que Corral Jurado, no obstante tener dos años menos y de manera escolarizada, no por correo.
La cercanía y confianza mutua era tal que en la campaña de 1991, cuando Javier Corral, busco por primera vez un puesto de elección popular con sólo 24 años de edad, su jefe de campaña era Pérez Cuéllar, si es generalmente aceptado que Corral Jurado era y es un hombre inteligente, es de suponerse que escogió a otro joven inteligente para dirigir su campaña, que fue intensa y muy alegre aunque sin recursos económicos, fue el mejor candidato que nunca ha vuelto a ser Corral Jurado.
17 años después
Casi dos décadas después, las fichas se acomodan. Javier Corral ha sido tres veces parlamentario, dos por la vía plurinominal y en todas empujado por quien ha sido su gran impulsor: Francisco Barrio. Cruz por su parte también ha sido tres veces parlamentario, también dos por la vía plurinominal, impulsado por Javier Corral y una tercera ganada a pulso.
Ambos quedaron atrapados en la política, pero Cruz, tiene en este momento un segundo período como líder estatal del PAN, luchando incluso contra la labor proselitista de Pancho Barrio y Javier Corral, el primero en vías de convertirse en figura histórica del PAN, aun con su inminente embajada en Canadá y Javier, en reserva de la República, por lo menos cuatro años más.
Pérez Cuéllar a la larga, demostró ser el político más apto de los tres, porque finalmente política es conciliar los diversos intereses que se manifiestan en una comunidad o en un colectivo, como lo serían los partidos políticos.
En la última Asamblea Estatal Ordinaria del PAN, la XXIV, ganó la mayoría de los consejeros estatales, lo que conlleva el control del órgano colegiado, demostró en el discurso inaugural, que las dotes de orador se le dan, sin las estridencias y el efectivismo del estudiado manoteo de Corral Jurado. El discurso en gran medida improvisado, es una pieza digna de mayor espacio y reflexión.
Hablar de que derrotó al popular alcalde de la ciudad de Chihuahua Carlos Borruel, quien abiertamente buscó el control del Consejo Estatal, es otro tema, aun cuando es otra prueba de que Pérez Cuéllar, sabe los terrenos que pisa, ya que desde los tiempos de Guillermo Prieto, no había un presidente estatal que hubiera logrado una reelección que no haya sido consecutiva.
Un abrazo frío
Uno de los puntos culminantes de la asamblea fue la certificación como consejeros vitalicios de Javier Corral, César Jáuregui Robles y Margarita Ochoa de Lascuraín. Fue el momento emotivo, tanto por las cálidas palabras de Pérez Cuéllar a la señora Lascuraín, como por la forma en que el presidente estatal bajó del podio, quien acompañado del rijoso de Manuel Espino Barrientos, entregó en su propio lugar la certificación a la señora Lascuraín.
Hubo abrazos, pero el de Javier y Cruz, por cierto compadres de pila, fue frío, casi gélido. Tal vez sea el momento de retomar el tema con el ingeniero Cervantes García…s
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