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jueves, 9 de julio de 2009

Escenarios políticos

Juárez aportó al PRI
el 31.4 % de los votos

* Chihuahua-Capital ayudó con el 23%
* «Teto» Murguía el ganador más aplastante

Por Antonio Pinedo

Varias sorpresas nos dio la elección del cinco de julio: la derrota de Juan Blanco en Chihuahua, el triunfo de “Juanito” en Iztapalapa, los triunfos del PRI en San Luis Potosí y Querétaro, el exitoso movimiento civil y espontáneo del voto blanco que alcanzó por lo menos el 5.5 % no obstante los esfuerzos previos a la elección y el escamoteo en el conteo el mismo domingo de la elección; prácticamente todo los demás ya estaba anunciado.
En nuestra entidad a todos sorprendió la derrota de Juan Blanco, incluido Maurilio Ochoa, en alguna medida a los panistas también les sorprendió como funcionó la bien aceitada maquinaria priísta en el V Distrito con cabecera en Delicias, que llevó al triunfo al representante tricolor Guillermo Márquez Lizalde.
El mismo lunes seis arranca de lleno las carreras para la Presidencia de la República y la gubernatura de Chihuahua. Ya desde 1915, en una carta enviada desde La Habana, en donde se encontraba exiliado, el ex secretario general del gobernador chihuahuense Abraham González y fundador del poderoso Grupo Atlacomulco, Isidro Fabela, lamentaba el asesinato de Francisco I. Madero y lo calificaba de necesario, pues daba mas con su vida al movimiento revolucionario, que de haber continuado con sus desatinos en la presidencia. Hablaba de lo difícil que es improvisar a un político y que el coahuilense en su condición de mártir era mejor para México.
Dicho lo anterior y cuando la campaña por la presidencia se abre al igual que la carrera por la gubernatura que es dos años antes, es necesario hacer una serie de reflexiones sobre los que quieren participar en la misma.

Un claro candidato
El PRI a nivel nacional tiene un panorama muy claro: Enrique Peña Nieto, quien en encuestas de intención del voto ha llegado hasta el 48% en popularidad y lejos le siguen Marcelo Ebrard y mas lejos aún Santiago Creel, quien es el panista más popular entre el electorado aunque dentro de la dirigencia del partido y en Los Pinos, lo vean como apestado. De aquí al 2012 muchas cosas pueden pasar, pero así se perfilan las cosas hoy. El PAN por ejemplo podría iniciar una proyección de Alfonso Lujambio, que es el único del gabinete en el que se ve algo de materia prima para la construcción de una candidatura, aunque tendrían que empezar hoy porque es muy difícil improvisar candidaturas.

Chihuahua: los nuevos escenarios
Los resultados del cinco de julio cambian los escenarios en Chihuahua para la elección de gobernador. La terna que desde hace un año se maneja por los analistas y en el corrillos políticos sigue siendo básicamente la misma, pero no es lo mismo.
Los precandidatos son César Duarte Jáquez, Teto Murguía Lardizábal y Oscar Villalobos Madero. Ahora con el éxito priísta en las elecciones intermedias hay quienes incluyen en la lista a los diputados electos Alejandro Cano Ricaud, Graciela Ortiz y Guillermo Márquez Lizalde. Evidentemente es vacilada.
Los defensores de la inclusión de Cano Ricaud en la carrera, aducen que fue el que más votos sacó 50 mil en números redondos, pero en realidad sacó 43 % de los votos emitidos, fue el juarense Murguía, quien mejor resultado logró, ya que sus 28, 417 votos significan el 48% de los sufragios emitidos.
Para acabar de una vez por todas con el mito de que Ciudad Juárez no significa electoralmente para el PRI nada especial, baste citar que los 100 mil votos que aportó la frontera para el PRI son el 31.4 por ciento de los sufragios priístas y los 75 mil de la ciudad capital significan el 23%.
Por aquello de que se tenga la tentación de que en la búsqueda de la perpetuidad del grupo en lugar del triunfo se elija candidato entre los amigos, como podría ser el caso de Guillermo Márquez o la forzada candidatura de Alejandro Cano Ricaud, quien en las lides políticas y en el PRI tiene sólo del 2001 para acá y su entrada al tricolor fue forzada por el autoritarismo de Patricio Martínez; en cuanto a Graciela Ortiz, es claro que es parte del equipo de Beatriz Paredes y que como operadora electoral ha demostrado sólo buenos resultados, pero la gubernatura no está en su horizonte inmediato y el 2010 está a la vuelta de la esquina.

La terna original
Bien decía Isidro Fabela, que en política improvisar no es lo más conveniente. Entonces nuestro análisis debe partir de la terna manejada desde hace por lo menos doce meses.
Es evidente que la derrota de Juan Blanco, perjudica las posibilidades de Héctor Murguía, quien nunca ha sido el favorito del grupo en el poder y que su posibilidades hubieran sido importantes si Juan Blanco hubiese sido el abanderado panista, ya que el primer interés del gobernador José Reyes Terrazas, sería evitar que llegara el político de la oposición que metió a la cárcel, y que continúa con un proceso judicial en su contra, al margen de si Juan Blanco es culpable o no, eso en política real no importa. El cinco de julio las posibilidades del juarense disminuyeron.
El candidato del grupo en el poder evidentemente es Oscar Villalobos Chávez, y con los resultados obtenidos se puede tener la tentación de imponerlo, sin más ni más, sin los consensos necesarios con las fuerzas reales del PRI a nivel nacional, e incluso con quien tienen grandes posibilidades no únicamente de ser candidato del PRI sino presidente de México: Enrique Peña Nieto.
Quien tiene la llave del baecismo con el Grupo Atlacomulco, no es el corriente actualmente en el poder, sino el que estuvo gobernado Chihuahua de 1886 a 1992. Es claro que el senador Fernando Baeza es parte de ese grupo que trasciende las fronteras del estado de México. Habrá que ver
Otro que ha demostrado buenas relaciones con los mexiquenses es César Duarte Jáquez, quien llegó a la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados no venciendo al ex gobernador mexiquense César Camacho Quiroz, sino consensuando con el Grupo Atlacomulco la posición. El parralense fue proyectado en la Cámara, para señalar preferencias, si no del grupo representado ahora por Peña Nieto, si de la dirigencia nacional del PRI, encabezada por Beatriz Paredes, y por los líderes de las bancadas en las dos cámaras: Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón.
César ha aprovechado los últimos diez meses para recorrer incansable todo el territorio estatal y se ha dedicado a hacer alianzas y buscar apoyos. En Juárez a puesto énfasis en que sus hijos son juarenses, que sus estudios universitarios los realizó en la frontera y en la misma hizo sus pininos empresariales y sabedor que no todo es Juárez, no desaprovecha ninguna oportunidad para decir que es orgullosamente chihuahuense. Las posibilidades que tenía antes del cinco de julio se mantienen.
Oscar Villalobos, quien ha demostrado capacidad en el desempeño de sus puestos públicos, aun cuando los analistas políticos no le ven patas de jinete, es evidentemente que es quien el grupo gobernante quisiera. Los resultados lo favorecen especialmente porque ante el avasallamiento que hubo del PAN, se puede tener la idea de que el triunfo está asegurado, olvidando las veleidades de la política y del electorado.
En apretada síntesis, las canicas las trae César Duarte, quien ha ido construyendo su escenario, pero los resultados del cinco de julio pueden despertar la tentación y reforzar la idea de que el PRI puede ganar con cualquiera… hasta con improvizados.

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