Escenarios políticos

La sucesión en la

UACH en su inicio

* Rubén Portillo de Derecho, a la cabeza

*Ramiro Valles de Contabilidad regresa con brío

* Noel del Val de Medicina… no lo pierda de vista

Por Antonio Pinedo

La elección de rector en la Universidad Autónoma de Chihuahua, tiene fuertes connotaciones políticas desde siempre, pero sobre todo desde que el período de seis años se amplio y prácticamente se empató con la elección de gobernador; en un ambiente así es difícil que la sucesión no se politice. Y siendo como es, una universidad que tiene fuertes filias priístas, es la sucesión por esta vía la que envuelve el cambio de rector, al grado de que se sopesa entre las, múltiples variables que operan en la elección, la opinión del gobernador en turno y la del candidato del Tricolor.

Sin embargo, la cobija no se debe estirar tanto como para considerar que el gobernador es quien decide y puede mandar a esa posición quien él quiera, como en columnas políticas de Chihuahua y Ciudad Juárez se ha especulado, manejando los nombres de la Procuradora de Justicia del Estado Patricia González, quien tiene un historial como académica y se ha mencionado el nombre de Fernando Rodríguez Moreno, quien es maestro desde hace décadas de la casa de estudios. Al líder de la mayoría en la Cámara local de Diputados, véalo como contendiente por la presidencia municipal, y para la rectoría piense en cualquiera de los catorce directores de facultades de la UACH… sobre todo de tres: Rubén Portillo Arroyo, Ramiro Valles Martínez y Noel del Val Ochoa,

Rubén Portillo a la cabeza

La fuerza de los directores de facultad se deriva especialmente del número de alumnos que cada una de su facultades tiene, porque de ese cantidad se determina cuantos de los consejeros universitarios podrían apoyar su precandidatura. Las Facultades con mayor inscripción son Derecho y Contabilidad, incluimos en esta terna al director de Medicina, porque tiene una serie de particularidades en cuanto a sus conexiones políticas, que le podrían ser favorables, en un determinado escenario.

La fuerza de Portillo Arroyo, viene de manera natural del número de alumnos y consejeros universitarios posibles en una justa interna, además de que ha mantenido una relación en buenos términos con el actual gobernador José Reyes Baeza, ya lo decíamos, es importante como uno de los diversos factores decisivos que entran en juego. De hecho los observadores internos y externos del proceso lo ven a la cabeza de la justa, aunque nada está escrito, sobre todo cuando el PRI aún no tiene candidato a gobernador. Es un hecho que Patricio Martínez ya de salida fue factor determinante para la elección de Felipe Fornelli Lafón, en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y en la de Raúl Chávez en la UACH.

Ramiro Valles Martínez en la pelea

Una decaída en la salud del director de Contabilidad Ramiro Valles Martínez, soltó la especulación de que quedaba fuera de la pelea por su condición personal, sin embargo, en las últimas semanas demostró que la convalecencia ya quedó atrás y se ocupa de crear su escenario para lograr la meta de por lo menos estar en linterna con posibilidades reales. Dado el tamaño de la Facultad de Contabilidad regularmente es muy influyente a la hora de la decisión final, es claro que busca la rectoría.

Que será lo que tiene Del Val Ochoa

Los muy institucionales de la UACH dicen que cualquiera de los catorce directores tiene posibilidad, lo cual es una salida políticamente correcta, pero que no refleja la realidad. Sin embargo, no obstante no ser una facultad con una gran inscripción, el director de la Facultad de Medicina Noel del Val Ochoa, tiene una serie de condiciones que lo convierten en una especie de «Caballo Negro», en primer lugar el ex rector lo apoya con la fuerza que aún conserva por afinidad profesional, pero por otra parte tiene una excelente relación con algunos de los precandidatos del PRI a la gubernatura, si se diera el caso de que Reyes Baeza, decidiera echar todas sus canicas para a la candidatura de la alcaldía presuntamente a favor de Rodríguez Moreno, entonces el precandidato, podría echar su gato a retozar y aquí es donde Del Val Ochoa, adquiere otra dimensión.