2.-En el párrafo anterior hablamos de Aquiles en tiempo presente, haciendo uso del llamado presente histórico, pero también porque la muerte se da con el olvido y pasarán muchos años para que se olvide a este juarense por adopción que deja un gran legado en estas desérticas tierras… si es que alguna vez se le olvida. El maestro Valdez, dejó alumnos que siempre lo recordarán en ambos lados del río, ya que también en la vecina ciudad de El Paso, desplegó su virtuosismo. Durante su carrera musical recibió muchos reconocimientos: La medalla Ramón López Velarde, por su composición suite «Fuensanta», inspirada en el poema de su paisano jerezano. También recibió un reconocimiento como «Nuestro orgullo hispano» en los Estados Unidos, lo que testifica de su labor en la vecina ciudad.
3.-Sin embargo, el recuerdo que hoy hacemos del gran guitarrista, finalmente es triste, porque es provocado por su violenta muerte a manos de uno o varios ladrones que lo ultimaron con la finalidad de hurtarle su vehículo, en una expresión más de la violencia que vive nuestra ciudad desde principios del 2008. Aquiles Valdez tuvo un fin que no mereció, ciertamente la muerte es inevitable y es la consecuencia última de la vida, pero no es natural la muerte violenta, de un hombre que nunca vivió en el peligro, de un hombre que en una sola palabra era definido simplemente como «un tipazo», de trato amable y servicial, lo suyo era el arte y sus ámbitos los de la música, por ello es más lamentable su partida en circunstancias violentas e indeseables para todos, pero sobre todo para hombres como él.
4.- Aquiles merecía morir en su cama y rodeado de sus seres queridos, en su sepelio se podría haber disfrutado de un buen concierto musical, celebrando su vida y su natural paso al final de la misma. Porque la vida de Aquiles es digna de celebración. Lo que indigna y encabrita es la forma en que terminó, que lamentable que la ciudad qué hace muchas décadas eligió para vivir y que seguramente le dio muchas alegrías, como él en reciprocidad las dio a los juarenses, finalmente no haya sabido corresponder a su vida de entrega, a su elección de juarense. La violencia que vive nuestra ciudad y las vidas inocentes que ha cobrado, son lamentables todas, pero algunas son más sensibles, entre estas últimas se encuentra la de Aquiles Valdez, quien con su guitarra elevó los espíritus. Descase en paz. (Rodrigo Borja).
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