Tras los pasos de… Diego Fernández de Cevallos

1.- Pasan los días y el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, pierde espacio en los medios de comunicación, en gran medida por la petición de los familiares, que prefieren negociar su liberación sin la vista encima de los periodistas, lo cual podría dificultar posibles pláticas con los captores y por otra parte porque se ha tendido una cortina sobre el asunto, que no permite ver o que está sucediendo. Es claro que el secuestro del «Jefe» Diego, tiene claros tintes políticos aun cuando la discreción que piden los familiares apunta a un secuestro por motivos económicos y para el gobierno federal es más conveniente que la percepción sobre el evento se incline a un secuestro  que tenga como finalidad obtener ganancias millonarias, sin embargo, es muy difícil comprar esta especie, dada la importancia política del secuestrado.

2.- Fernández de Cevallos, es un hombre cercano al poder en los últimos veinte años, sin importar el partido que ha gobernado México, en la época de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, fue pieza fundamental en las llamadas «concertacesiones», tuvo que ver en el reconocimiento del triunfo de Ernesto Ruffo Appel, negoció que Medina Plasencia quedara en lugar de Vicente Fox, ya que Carlos Salinas de Gortari aceptaba a cualquiera menos al guanajuatense. En esta época se ganó el apodo de «La ardilla», ya que no salía de Los Pinos.  En su defensa «El jefe» Diego, afirma que habló y negoció con los últimos dos presidentes priistas, por petición de los jefes nacionales del Partido Acción Nacional: Luis H. Álvarez y Felipe Calderón Hinojosa, que en esa intermediación le hayan caído unos terrenos en Punta Diamante, es consecuencia del mandato partidista…

3.-La información sobre el estado que guarda el secuestro del ex candidato presidencial es escasa y a lo mejor es bueno para que su regreso con vida se garantice, pero su secuestro es la prueba más clara de que el Estado mexicano ha fracasado en la principal de sus obligaciones, brindar seguridad a los gobernados en su integridad y sus bienes. En este caso el fracaso es más rotundo, porque Fernández de Cevallos, es miembro de la élite y cuando el Estado no es capaz de cuidar de sus propias élites, significa que sus fallas son muy profundas. En este marco hablar del Estado fallido, no debiera ser soslayado y si el gobierno federal al parecer anda sin brújula, están otros agentes políticos que deben actuar para evitar la catástrofe que amenaza al país y que al parecer no es aquilatada desde la comodidad de Los Pinos.

4.- Quien tenga al ex senador en su poder es una entidad no únicamente criminal, sería ingenuo pensar que su secuestro no tiene más implicaciones que las económicas, es un grupo poderoso y ante la ausencia de información validada y fidedigna, este grupo puede ser político, del crimen organizado y lo que se busca es, probablemente, usar al «Jefe» Diego como moneda de cambio, difícil saber que se pretende con certeza. Lo que es claro es que las particulares características del personaje secuestrado y el momento que vive el país, es sumamente delicado, aun cuando aparentemente al gobierno federal no le inquieta el evento, no obstante que el Secretario de Gobernación y el Procurador General de la República, que en circunstancias normales serían piezas claves para una rápida solución del problema son sus socios… hay mar de fondo.