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viernes, 6 de enero de 2012

2012, pinta agridulce

      Es común que en estas fechas se prodiguen los deseos de un buen año próximo, como si fuera un corte de caja de las ventas de un día y se espera que las del siguiente sean mejores. La realidad es que los acontecimientos del año recién acabado están determinando en buena medida lo que viene. La dinámica de los eventos no cambia con el nuevo año.
                Por lo anterior es de esperarse que el próximo año sea menos dinámico en lo económico que el actual, con todo y que el que está por fenecer no fue especialmente bueno, de hecho se calcula un crecimiento de 4 por ciento y se prevé que el 2012 será del 3.3 %.
                En lo que respecta a Chihuahua en general y a Juárez en particular, el año cierra con noticias desalentadoras; datos oficiales sitúan a Chihuahua, como una de las entidades más pobres del país y nos referimos a la calidad de vida de sus habitantes,  en el caso particular  de Juárez, se habla de casi medio millón de juarenses viviendo en los límites de la pobreza o en la pobreza.
                Acuerdos del Cabildo de los últimos días, nos dicen que se reactivará la obra pública en los próximos dos años, pero en base a una deuda que se estima pagar en veinte años. Es un adeudo de dos mil millones de pesos, que finalmente sólo será un paliativo a los graves rezagos de la frontera.
                Será año electoral y la política lo permeará todo, habrá una especie de parálisis en la administración pública, ya que se busca que cuadren los números porque hay que entregar si no buenas cuentas, por lo menos no cuentas mal cuadradas y que puedan traer repercusiones legales posteriores.
                Un hecho esperanzador es que se acabará el sexenio de Felipe Calderón, que ha estado lleno de simulación y retrocesos por lo menos en cuestiones de bienestar familiar, empleo y sobre todo seguridad. La lucha contra el narcotráfico, o mejor dicho la estrategia adoptada en la «guerra de Calderón», sólo ha dejado mayores índices de violencia, más narcotráfico y paradójicamente mayor consumo de estupefacientes en el mercado interno.
                No obstante lo anterior, una buena manera de solucionar nuestros problemas como sociedad es que enfrentemos los retos con optimismo y valentía, así pues, que el 2012 sea un mejor año para todos los mexicanos, pero bien estaría en ocuparnos de manera preferencial de nuestro entorno inmediato y hacer de 2012 un mejor año para los más cercanos… ¡Feliz año nuevo¡
Editorial 1013

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