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jueves, 19 de enero de 2012

Un año político

    El año que recién empieza, estará marcado por el desempleo, un crecimiento económico mediocre, la inseguridad y de alguna manera todos los males que a lo largo del  sexenio de Felipe Calderón, se han revelado en todo el país, sin embargo estos desaparecerán como por arte de magia de los medios de comunicación, que dedicarán sus mayores espacios a la contienda política.
    El año estará marcado, y para ello no se requiere ser adivino, por la elección presidencial y el acompañamiento del cambio en las cámaras tanto de diputados como de senadores. Los medios de difusión y con ello la «opinión pública», estará dominada por los dislates, resbalones y promesas de los candidatos.
    Es de preverse que la distancia que actualmente tiene el puntero Enrique Peña Nieto, sobre su rival ya definido Andrés Manuel López Obrador y el candidato del PAN aún por definir, no se conservarán en los treinta puntos, pero son tantos que tendría que tener por lo menos dos meses como diciembre Enrique Peña, para que se sintiera en las encuestas de intención del voto.
    Dar por ganador a estas alturas al mexiquense es una irresponsabilidad aun cuando sea amplio favorito, las campañas pueden traer sorpresas y éstas seguramente no vendrán del PAN, a menos que el presidente meta al aparato federal en la elección en forma abierta y descarada, lo cual podría ser profundamente riesgoso para la estabilidad social del país.
    La sorpresa de darse vendría de Andrés Manuel López Obrador, quien tiene gran experiencia en campañas y en eventos en la plaza pública, ya que a eso se ha dedicado en los últimos cinco años.
    Pero bueno, el año, lo dijimos al principio, estará marcado por el desempleo, la inseguridad y el estancamiento económico, sin embargo es un año esperanzador, aunque suene contradictorio, en primer lugar al haber un presidente electo en julio próximo, la fuerza de Felipe Calderón empieza a menguar, y las posibilidades de que el ganador sea del partido que sea, salvo Cordero del PAN, continúen con la actual estrategia de lucha contra el narcotráfico es prácticamente nula, porque está más que demostrada su ineficiencia.
Editorial de la ed.  1013

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