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miércoles, 28 de marzo de 2012

20 preguntas a Héctor Alvidrez Mejía


Ningunean a jubilados del SCT
 Por Luis Villagrana

Sin recursos económicos, con la vejez a cuestas y con la amenaza de desaparecer junto con la dependencia para la cual entregaron media vida, la Asociación de Pensionados y Jubilados del Servicio Postal Mexicano intentan obtener un lugar en el cual pasar sus últimos años, así lo platica su líder Héctor Manuel Alvidrez Mejía.

1.
—Tengo entendido que esta organización es reciente ¿en qué circunstancias fue creada?
—Esta asociación se constituyó al ver con tristeza que este tipo de organizaciones sólo se forman por el interés de sus líderes de obtener las cuotas. Hablo de las organizaciones que tiene la federación. Nosotros somos una asociación relativamente joven, pero muy emprendedora, con grandes luchas y con vínculos en la Ciudad de México con Sergio Felipe Castro Sánchez que es uno de nuestros liderazgos en el nivel nacional.
2.
—¿Cuál es una de sus luchas?
—Ahorita en lo que más nos estamos concentrando es en el problema de la falta de medicamentos en el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado ISSSTE, la falta de equipo médico y de médicos especialistas, que son de los asuntos que más sufren los pensionados, por ejemplo hacen falta geriatras y tanatólogos que son los que nos atienden de forma directa.
3.
—¿La escasez es pareja para pensionados y activos?
—Sí, pero los senectos padecemos más porque con los años tenemos acumuladas las enfermedades, a eso se agrega el poco dinero que recibimos lo que hace más pesado todavía el asunto, ya que ni siquiera nos subrogan los medicamentos cuando no tienen en las farmacias del ISSSTE.
4.
—¿Los carteros jubilados se enfrentan a alguna enfermedad propia del trabajo desarrollado?
—Los carteros de lo que más se enferman es de las piernas y de los pulmones, debido a tanto caminar y al polvo que traga uno en las calles durante tantos años,  pero de lo que más se mueren es de un organismo minado que se complica con enfermedades del corazón y también con la diabetes. Son males que vienen con la edad y con la escasez de dinero.
5.
—¿Cuánto tiempo pasa un cartero en las calles?
—Todo el día, aunque antes era mucho más bonito que este tiempo. Ahora algunos de ellos andan en motocicleta, antes nosotros andábamos a pie y otros en bicicleta. Éramos alrededor de 120 carteros para toda la ciudad. No era tan grande la ciudad todavía. Todos los empleados llegaban desde muy temprano a la cancelación, distribución y acomodo de su correspondencia para salir a las rutas. Había empelados muy ágiles para la repartición, aunque ahora el alto volumen bajó considerablemente, antiguamente se enviaban muchos libros por correo, medicamentos que se tenían que entregar a diferentes consultorios y sobre todo el alto volumen que enviaba la empresa editorial Selecciones, revistas y enciclopedias. También nos daban mucho trabajo algunas empresas del estado que hacían uso del servicio postal.
6.
—¿Era difícil entrar a trabajar al servicio postal?
—Sí, de hecho tengo reconocimientos por mi trabajo, a mí me tocó combatir los árboles genealógicos que tanto daño le causan a las empresas.
7.
—¿Cuáles son los árboles genealógicos?
—Todo el ejército de familiares que trabajan en una misma empresa, se da en Correos y en otras empresas del estado, por ejemplo en la Comisión de Luz que allí nadie entra por muy preparadas que estén las personas porque privilegian a los familiares de los funcionarios.
8.
¿ —También se da en Correos?
—También se da. Nosotros, en el sindicato teníamos que proteger directamente a los hijos de los trabajadores, que eran los que tenían la preferencia para entrar a trabajar en la dependencia.
9.
—¿Qué tan frondoso son los árboles genealógicos?
—Pues había casos en los que había hasta cinco familiares trabajando en Correos, entonces al haber un conflicto con uno de ellos repercutía en toda la familia y se hacía el problemón más grande. Repercutía directamente en el trabajo.
10.
—¿Qué no es un delito, el de nepotismo?
—Totalmente, pero es común, esta misma situación la encuentra usted en la Junta de Aguas, en la Comisión de Luz, son de las dependencias que están saturadas de familiares. Habiendo tanta gente con preparación profesional que se les debería brindar la oportunidad de trabajo, pero no es así porque el sindicato impuso esa costumbre.
11.
—¿Trabajan ahora en algún proyecto en su asociación?
—Hemos propuesto en diversas instancias la Casa del Adulto Mayor, no es un asilo, más bien sería una estancia en la que se deja al adulto mayor en las mañanas y se le recoge por las tardes o por la noche, según sea la necesidad.
12.
—¿Esto sería para los carteros jubilados y pensionados?
—No, pugnamos que sea para todos los pensionados y jubilados que prestaron sus servicios en la federación. Ahí van todos los empleados. Sería una cosa maravillosa porque en ese lugar tendríamos nosotros áreas de recreo, un apartado para leer periódicos y ver la tele, salón de manualidades, de baile, comedor, alberca y un gimnasio. Ya tenemos visto un terreno pero es costosísimo para nosotros por eso esperamos tener una entrevista con el gobernador para que sea el gobierno del estado el que asuma el costo y ya veríamos nosotros como construir la estancia
13.
—Aunque las carencias pasan tanto por activos como por jubilados y pensionados ¿no?
—Pues sí, ahora hay más carencias. A nosotros nos tocó una época en que teníamos nuestros buenos uniformes, de lana, nos enviaban zapatos de trabajo desde la Ciudad de México con mucha calidad, el único problema de aquel tiempo es que había escasez de bicicletas y teníamos que andar a pie, afortunadamente yo llegué a ser encargado de las sucursales, aunque con la poca demanda que empezó hace años los locales estaban en condiciones paupérrimas, por lo que yo mismo tuve que conseguir pintura con Teto Murguía, el Teto de entonces, cuando no era político, cuando era sincero y amable, no el de ahora que es intratable, el que cuando va uno a verlo no lo recibe y quiere traernos por las colonias en las audiencias públicas para poder hablar con él.
14.
—Me extraña ese trato porque ustedes le hacían trabajo partidista al PRI, eran fieles colaboradores de ese partido ¿porqué ahora no les ha correspondido?
Nosotros venimos desde hace muchos años colaborando con el PRI, en todas sus ca—mpañas, pero ahorita debo ser un poco más discreto en mis decisiones, en elegir candidato, porque represento a una asociación en la que hay de todos los partidos. Ya no es como antes en que todos votaban por partido, por las siglas, ahora se vota por la persona, por el candidato más viable, eso es lo que debería de ver el partido, de poner a las mejores personas.
15.
—¿Reciben cuotas para mantener la asociación?
—No, es una de las cosas que no tenemos, no pedimos dinero a nuestros asociados para que no se desvirtúe nuestra organización.
16.
—Mantener una asociación cuesta ¿no?
—Sí, nosotros entregamos todo nuestro tiempo a este trabajo y tratamos de sacar adelante el trabajo con diversas actividades que realizamos para obtener el dinero para los gastos que propicia la asociación.
17.
—La federación debería darles un  subsidio, ya le entregaron parte de su vida, ¿no?
—Pues sí, pero somos de los más olvidados, apenas empezamos a recibir el reconocimiento como asociación y esperamos que en el corto tiempo logremos concretar todos nuestros proyectos.
18.
—La baja significativa del servicio postal les afecta también ¿no?, pierden importancia en la escala económica, ¿cómo les afecta esto?
—Estamos a un paso de que nosotros pasemos a la historia de México por el motivo de que el Servicio Postal Mexicano llegó a tener el primer lugar en el mundo, eso es un orgullo para nosotros, pero ahora está próximo a desaparecer. Los carteros se convirtieron en cobradores de Teléfonos de México, es lo único que los sostiene, ya ninguna otra empresa utiliza este servicio.
19.
—Si llega a desaparecer el servicio les afectará aún más a los pensionados, menos les harán caso—, ¿Qué le parece esto?
—Bueno, la afectación se hizo desde antes, desde los tiempos de Salinas de Gortari quien desapareció los sindicatos. Nosotros tuvimos un sindicato muy poderoso en la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, que aglutinaba alrededor de 19 empresas paraestatales, teníamos  caminos, puertos marítimos, policías federales, telégrafos, correos, pero Salinas de Gortari terminó con todo eso, desde ahí empezó nuestro declive.
20.
—¿Nada de eso queda ya?
—Pues en aquel tiempo teníamos vínculos con altas autoridades, lo que nos daba mucho poder, ahora sólo nos queda algunas buenas relaciones en la Ciudad de México que estamos utilizando para salir adelante con nuestra asociación.

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