La Casa Alemana

Para septiembre próximo estará terminado el nuevo estadio de beisbol, que se levanta en los antiguos terrenos de la cervecería, en  el Barreal, se trabaja a paso acelerado, para que en el segundo informe de gobierno de César Duarte Jáquez, ya sea una realidad a presumir.

​Desde hace muchos años nuestra ciudad requiere de un estadio de la envergadura del que se construye, recordemos que de las grandes poblaciones de la entidad, la única que quedó fuera del programa de construcción de estadios de beisbol en el sexenio de Patricio Martínez, fue Ciudad Juárez, a donde vendrá a partir de abril el ex gobernador a pedir con su mejor sonrisa el voto de los juarenses para llegar al Senado, pero esa es otra historia.

​Dentro del conjunto de construcciones que formaban la antigua cervecería Cruz Blanca, está la llamada «Casa Alemana», que es una bella construcción, que da a la avenida Reforma y destaca por su belleza arquitectónica, su portada de cantera rosa y su teja roja.

​A la belleza arquitectónica de la Casa Alemana —conocida por este nombre precisamente por sus rasgos y estilo de construcción—, se aúna su antigüedad, ya que su construcción data de 1903, ya por estos dos hechos: su antigüedad y sus rasgos arquitectónicos, debería de ser preservada para el patrimonio cultural de la ciudad, tan escaso lamentablemente.

​Son muchas las posibilidades que ofrece la conservación de la finca en cuestión, ya que podría servir para un museo de sitio o bien para una tienda de recuerdos del propio estadio o lo mismo podría enriquecer el conjunto como una biblioteca pública, sobre todo si consideramos que nuestra ciudad tiene un déficit de más de ochenta espacios bibliotecarios, sólo para estar a la par del promedio nacional, en fin las posibilidades son tantas como la creatividad y la imaginación lo permitan, lo importante aquí es la conservación del inmueble.

​Ciudad Juárez, se caracteriza por la constante agresión que sus gobernantes tanto de la esfera municipal, estatal y federal realizan de su patrimonio cultural permanente, ignorantes de que es precisamente éste el que crea orgullo de pertenencia  e identidad cultural. Ojalá que no se toque este monumento histórico, Ciudad Juárez, no lo merece.

Editorial de la ed. No. 1022