Por Rodrigo Borja
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martes, 17 de septiembre de 2013
Reforma Fiscal con ecos de AMLO
Por Rodrigo Borja
Sorprendió la Reforma Fiscal presentada por el presidente Enrique Peña
Nieto, entre los sorprendidos esta The
Washington Post, quien uso precisamente la palabra sorpresa en su
encabezado y nota al ver que la reforma no contiene lo que se esperaba — IVA en
medicina y Alimentos— y por el contrario parece que quiere equilibrar mas el
pago entre las más pudientes y desposeído, haciendo que los primeros paguen
más.
El influyente
diario norteamericano, dijo que la Reforma Hacendaria constituye un giro
inesperado dentro del actual gobierno de la República. La «sorpresa» consiste
en el anuncio de la creación de nuevos programas sociales, mismos que serán
financiados mediante la reducción de beneficios fiscales a
las grandes empresas.
El
diario destaca que entre las medidas propuestas por el Ejecutivo federal se
planteó establecer impuestos sobre el uso de combustibles fósiles utilizados a
nivel industrial, refrescos y ganancias de capital y dividendos, sin perjudicar
a las pequeñas y medianas empresas.
El
presidente anunció también la eliminación del Impuesto Empresarial a Tasa Única
(IETU) y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE); sin embargo, las
propuestas aún deben de ser aprobadas por el poder legislativo.
En
cuanto a los privilegios fiscales de las grandes empresas en México, el
presidente Peña Nieto afirmó que
serán eliminadas, ya que «no tienen razón de ser».
Pocos
esperaban, dice el diario, que el presidente mexicano priista llegara tan lejos
con la reforma hacendaria
propuesta el ya que al Partido Revolucionario Institucional siempre ha sido
señalado por tener vínculos y acuerdos con empresarios. En la propuesta se
dejan ver algunas ideas planteadas por el ex candidato presidencial Andrés
Manuel López Obrador, quien ahora trabaja en la integración del partido
político MORENA.
La consolidación Fiscal
La iniciativa de reforma fiscal
atiende la oferta de campaña de AMLO de eliminar la consolidación fiscal y
gravar las ganancias accionarias en la Bolsa; respeta la posición del PRD de no
gravar con IVA alimentos y medicinas; escucha la propuesta del sector
empresarial (y la del sentido común) de eliminar el IETU y el IDE, comentó en
un artículo, coincidiendo con lo anterior el articulista Mario Revilla, del
diario El Economista.
Dice Revilla_ «Retoma el compromiso del Pacto por México —con Madero y Zambrano— para gravar más a los que más ganan; resuelve el
análisis de la Secretaría de Hacienda de creer que una reforma se construye
eliminando las deducciones que aparecen en la cuenta de gastos fiscales y
complace al SAT al incorporar al Código Fiscal de la Federación el tratamiento
de evasores a los contribuyentes registrados y a sus asesores contables y
jurídicos.
«Al mismo tiempo, la propuesta de
reforma tiene inconformes a AMLO —como era de esperarse—, nomás porque sí, y al
PAN calderonista por ver cómo se desmorona el entuerto tributario que crearon
el sexenio anterior.
«Al sector privado porque los
incrementos impositivos recaen exclusivamente en los contribuyentes cautivos y —seguramente— a los ministros de la Suprema Corte cuando descubran que el IETU —otrora “pieza fundamental” del sistema tributario— es, según
la iniciativa, un impuesto poco recaudatorio, ineficiente, complejo y, por
tanto, desechable. (Ni pensar que, por defender su dudosa constitucionalidad,
se retorcieron principios jurisprudenciales cimentados por décadas).
«Sin embargo, uno de los sectores
probablemente más disconforme con el paquete legislativo es el propio gobierno,
pues los responsables del “nuevo” diseño tributario saben que se perdió -una
vez más- la valiosa oportunidad de realizar una reforma fiscal a fondo, para
ofrecernos, a cambio, una nueva andanada de meras alzas impositivas.
«Ello, en lugar de eliminar la tasa
de 0% en el IVA a alimentos y medicinas, como se manejó por meses (impulsando
incluso la modificación estatutaria del PRI para tal efecto), de derogar
regímenes de privilegio improductivos, de lograr un debido balance entre los
impuestos al ingreso y al consumo, de ampliar la exigua base de contribuyentes,
así como de dotar de eficiencia al sistema tributario.
«El paquete busca obtener recursos
de todos lados dentro del marco tributario existente para financiar un
creciente, opaco, sub ejercido y deficitario gasto público que incluye un
programa de pensión universal de vejez y un seguro de desempleo.
«Así, se propone incrementar la tasa
del ISR para personas físicas a 32% y para las empresas crear un nuevo impuesto
de 10% para los dividendos; incorporar las limitantes del IETU al ISR, al no
permitir la deducción plena de la seguridad y previsión social exenta pagadas a
trabajadores; eliminar la deducción inmediata de activos; limitar las
deducciones y exenciones de personas físicas; eliminar la consolidación fiscal
retroactivamente sustituyéndola por un régimen igual llamado ahora de
“integración”.
«Propone limitar los beneficios de
los tratados fiscales (en franca violación de dichos acuerdos); gravar con IVA
colegiaturas, arrendamientos y venta de casas y la importación temporal de
insumos por maquiladoras; o establecer un IEPS a los refrescos, entre otras.»
Expertos ven insuficiente reforma
Si la reforma
fiscal propuesta por el Gobierno de Enrique Peña Nieto no logra aumentar
significativamente la recaudación, se necesitará una segunda ronda de cambios
en materia impositiva, aseguraron fiscalistas, según la revista Expansion.
«Cuando se suben los impuestos, baja la recaudación. No estoy seguro que
con un menor crecimiento se logren conseguir más recursos por la vía
impositiva», dijo el socio de impuestos internacionales de EY, Alfredo Álvarez.
En conferencia de
prensa, los expertos de esta firma de consultoría hicieron un llamado al
Congreso para que analice de forma más profunda la reforma y se asesore para
entender el fondo de los cambios que se están proponiendo, ya que hay temas que
pueden generar problemas económicos al país.
Francisco Olivares,
socio de impuestos corporativos de la firma, precisó que el mayor déficit
fiscal que propone la Secretaría de Hacienda se justifica por el momento
difícil que vive la economía y por no querer bajar el gasto público.
«Con esto volvemos al
México que dependía del Gobierno para tener actividad económica, en vez de ser
un país moderno apoyado en sus empresas y estamos apostando a que el Gobierno
gaste mucho dinero para activar a la economía», dijo.
Los fiscalistas
aseguraron que una reforma debería fomentar el crecimiento y el empleo,
aplicando impuestos al consumo y no incrementando gravámenes indirectos, como
el ISR. La reforma que se debate hoy, tiene innegables aires de las
propuestas de campaña de AMLO.
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