1.-En realidad es mas una pequeña capilla que un templo, de hecho fue la capilla familiar de la hacienda de los Azcárate en las décadas últimas de los tiempos coloniales y la propiedad ya después de la mitad del siglo XIX, pasó a manos del próspero agricultor de Paso del Norte, don Inocente Ochoa, quien la conservó como propiedad rural y hoy sólo queda lo que fue la capilla y el panteón familiar de los Ochoa y los Samaniego, quienes como suele suceder con las familias pudientes de un lugar, emparentaron. La capilla oculta por el crecimiento urbano y la ignorancia y la incuria de las autoridades municipales principalmente, pero también del estado y de la federación a final de cuentas, ya que la capilla forma parte del patrimonio cultural de los fronterizos, languidece en el olvido. Ese olvido fue el que ocasionó que las lluvias de 2008 la dañaran severamente.
2.- En la primera administración de Héctor Murguía Lardizábal, se autorizó la obra de restauración de la capilla, que era mínima, obras de drenaje y restauración del panteón histórico que hace del conjunto una de las joyas del patrimonio cultural de nuestra frontera. El presupuesto apenas superaba el millón y medio de pesos, de los cuales poco más de un millón eran para obras de drenaje, ya que el templo se encuentra a 30 centímetros abajo del nivel de la calle y el panteón a cincuenta centímetros del mismo nivel, lo que ocasiona que en tiempos de lluvias estos se inunden con los resultados que conocimos el año de 2008, cuando el templo se desplomó en una tercera parte, la frontal por cierto. A menos de un año de haberse terminado las obras de restauración con la supervisión del INAH, la capilla corre los mismos peligros.
3.-En la primera administración de Teto, no se concretó la obra no obstante que se tenía el documento de autorización, pero la forma en que Camino Real se tragaba los recursos hizo que esta obra fuera cancelada —en nuestras manos tenemos copia de ambos oficios, el de autorización y el de cancelación—, la histórica capilla pudo haber sido salvada a tiempo ya que del presupuesto aprobado por la administración 2004-2007, a las obras para drenar el inmueble y el panteón eran más del 66% del total, porque esa era la obra necesaria para su preservación, ya que la capilla estaba en buenas condiciones, lo que no resistió fue el remojamiento de las lluvias de 2008, ya que sus muros de las de 200 años son de adobe. El INAH hizo una restauración del inmueble, pero ni siquiera pensó en solucionar las causas de su derrumbe que por expuesto puede volver a suceder en cualquier momento.
4.- Las últimas lluvias volvieron a inundar al panteón y a la capilla, en donde se aprecian daños graves ya en la parte baja de sus muros. Es urgente que las autoridades municipales o del Instituto Chihuahuense de la Cultura, (ICHICULT), pongan sus ojos en la frontera. El estado tiene los recursos, la peregrina idea de construir una copia de la capilla funeraria de Francisco Villa en la Plaza Grande de la capital del estado, nos habla de que el dinero existe, lo que falta es el compromiso con los fronterizos y probablemente un conocimiento más profundo de la frontera, ya que en Chihuahua se piensa que la frontera es sólo un lugar de cantinas, de mariguanos y prostitutas, como en alguna ocasiono sentencio el ex gobernador Patricio Martínez. Duarte Jáquez habla de sus 15 años de vida en la frontera, probablemente nunca conoció la escondida capilla, pero allí está y aun es tiempo de dotarla del drenaje necesario. (Rodrigo Borja).s
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