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miércoles, 31 de marzo de 2010

Baeza y Ferriz en franco desafio

Por Rodrigo Borja
En este baño de sangre que anega al país, en donde Ciudad Juárez aporta uno de cada cuatro muertos y Chihuahua como entidad más del cuarenta por ciento, el alcalde de esta frontera y el gobernador se alejan por motivos de carácter electoral. Lo más seguro es que sea leyenda urbana, pero la situación es tan grave que hay quienes hacen correr la versión de que se  mentaron la madre, esto último lo consignamos aun cuando fuentes serias lo niegan, porque es el cuchicheo en los corrillos políticos, así de grave es la ruptura.
La manzana de la discordia es Víctor Valencia de los Santos, quien acordó con el grupo Delicias el apoyo a José Reyes Baeza, cuando nadie lo veía de gobernador ya que el delfín de Patricio Martínez era su amigo y cercano colaborador Víctor Anchondo Paredes, quien lo ha seguido en las aventuras políticas posteriores, como en la de aliarse con el PRD en la elección al Senado en el año 2000.
También en la sucesión del 2004 hubo visos de ruptura, pero en Patricio Martínez cupo la prudencia, aun cuando 23 meses antes de la elección José Reyes Baeza se abrió de capa y declaró a Semanario que era tiempo de buscar alianzas y apoyos, en esa entrevista habló de su deseo de que al final del sexenio su amistad con el gobernador continuara, lo que entre líneas significaba que en su proyecto político cabía un rompimiento con Martínez García.
Patricio estaba mejor preparado para dejar el poder…  hoy no fue así, la ruptura entre el presidente municipal de Ciudad Juárez José Reyes Ferriz y el Gobernador Baeza Terrazas, es abierta y se ventila incluso en los juzgados en donde han comparecido dos de los principales colaboradores del alcalde: Sergio Belmonte Almeida, con el auxilio de la fuerza pública y  Alfredo Urías Cantú,  director de Comunicación Social y Tesorero municipal respectivamente.

Todo tiene un principio
El rompimiento se gestó desde el momento en que al concluir el primer año del gobierno municipal, el gobernador presentó en un acto inusitado por aparatoso a Víctor Valencia de los Santos, como su representante en Juárez y en su discurso lo ponderó de tal manera que parecía que venía a realizar el trabajo de presidente municipal, todo lo atestiguó  José Reyes Ferriz, con una cara de gravedad. El gobernador en acto público multitudinario, parecía decir me equivoqué en la elección del 2007, pero ahora corrijo con mi representante, mismo que había quedado un año antes en la carrera por la presidencia municipal.
El trago fue muy amargo para el alcalde juarense quien en ese momento inició una guerra abierta con el representante del gobernador, quien por su parte en público repetía constantes comentarios sobre la ineptitud del presidente municipal y eran continuos sus comentarios hirientes, cientos de testigos lo comentan, Valencia los realizaba sin la menor discreción, era una abierta agresión.
Los agravios en política no se olvidan, a juzgar por el enojo y actitud posterior del alcalde fue creciendo en su interior y llegó el momento de cobrar factura, se opuso con todo a la postulación de Valencia como candidato del Partido Revolucionario Institucional,  se volvió verdad a fuerza de repetirse que dijo que sobre su cadáver  sería el candidato priista y lo cumplió.
Baeza Terrazas, había pospuesto un viejo compromiso con Valencia de los Santos, en 2004 se buscaba la candidatura y Valencia no parecía el mejor acompañamiento en Ciudad Juárez, en 2007, el alcalde Héctor Murguía Lardizábal, vetó a Valencia y el gobernador pospuso el cumplimiento del compromiso. La última oportunidad era a la salida, con la fuerza política que le queda, que no es poca, al grado que no dejó al candidato priista César Duarte, obtener la candidatura para su favorito, el ex diputado Enrique Serrano.

La solución final
El martes nueve de marzo al filo de las ocho y media de la noche la solución se acordó, un día después había el compromiso de registrar a un candidato de «unidad». En el hotel Westin Soberano, de la capital estatal, estaban reunidos para ponerse de acuerdo la delegada del CEN del PRI Adela Cerezo; la secretaria de Elecciones del Comité Nacional, la chihuahuense Graciela Ortiz; César Duarte, candidato a gobernador; el alcalde juarense Reyes Ferriz;  en representación del gobernador, el líder estatal del PRI Guillermo Márquez Lizalde y los precandidatos que se veía con mayores posibilidades. El representante del gobernador pujo por Víctor Valencia de los Santos, a quien en realidad le veía pocas posibilidades, sobre todo luego de darse a conocer con documentos que la licenciatura de Valencia de los Santos fue obtenida con trampas, de hecho terminó la secundaria a los veinte años, por ello desde alrededor de quince días antes, el gobernador tenía un plan «B»: apoyar la candidatura del ex alcalde Teto Murguía y eso pasó.
Siguió el pleito
Con la travesura del gobernador en los corrillos políticos se daba por un hecho que las presiones que a través del regidor Leopoldo Canizales  ejercían  el gobernador y Víctor Valencia se acabaría, pero los deseos de venganza fueron superiores y el lunes 22 de marzo tres patrullas de la Cipol y fotógrafos esperaban fuera de su casa a Sergio Belmonte Almeida, quien fue presentado como testigo ante la autoridad judicial. Ya con anterioridad y frente al gobernador el alcalde José Reyes Ferriz había calificado la judicialización del caso presentado por Leopoldo Canizales, por falsificación de firma y desvío de 80 millones de pesos, como político.
Belmonte Almeida señaló de inmediato a Víctor Valencia y a la procuradora Patricia González, como autores de la violación del amparo que le había otorgado un juez federal. La procuradora tardó cinco días en dar respuesta mediante un desplegado en prensa sobre las acusaciones del director de Comunicación Social  de Ciudad Juárez, quien había sido en los meses anteriores cercano consejero de la funcionaria y juntos habían tomados algunas decisiones de la competencia de la procuradora según dientes dignas de crédito.
Al parecer hay una tregua, ya que a nadie le conviene escalar el problema, pero la plática corriente en los corrillos políticos es la guerra intestina que se vive en el PRI. Qué importa si Juárez aporta uno de cada cuatro ejecutados al país, qué importa qué Chihuahua como entidad, haga lo propio con el 47 por ciento; lo que importa a la clase política es quién seguirá administrando un estado en crisis y una frontera que agoniza.

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