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martes, 30 de noviembre de 2010

Tras las huellas… don Alejo Garza



1.- Don Alejo Garza, ranchero del estado de Tamaulipas, de hecho su propiedad se encuentra a 15 kilómetros de la capital estatal, Ciudad Victoria, no cambio sus armas por despensas en los puestos  que el ejército instala en todo el país para desarmar a la población civil, situación que por otra parte es ilegal, sin los registros y permisos correspondientes. Don Alejo aficionado a la caza deportiva desde su juventud, contaba con varias y de diversos tipos de armas, especialmente largas. Cuando el 13 de noviembre pasado un grupo de sicarios exigió a don alejo, entregar su propiedad, el ranchero, muy conocido en la región, los recibió armado y con los cojones en su lugar. A sus 77 años sabía que enfrentaba la muerte, por eso un día antes les dio libre el siguiente día a los trabajadores.

2.- Los sicarios llegaron con la confianza que les dan los altos niveles de impunidad y complicidad que se tienen con “las fuerzas del”, en todos sus niveles y tipos. No contaban con que el ejército no había entregado despensas a don Alejo por sus armas y fueron recibidos a balazos; el idioma que ellos hablan y que es el más escuchado en el país desde la ascensión de Felipe Calderón a la presidencia de la república. Cuatro criminales muertos,  dos heridos fue el precio que pagaron los sicarios al tratar de amedrentar a un hombre, que es hoy orgullo y ejemplo para millones de mexicanos y que es sólo un ejemplo, un heroico ejemplo, un solitario ejemplo, del hartazgo a que se está llegando en el país. Don Alejo con su acción, demostró que la sociedad si puede, si la dejan, acabar esta absurda guerra.

3.-El valor, el coraje del señor Garza, obligó a los criminales a utilizar granadas para tomar el rancho, la sorpresa fue ver como un hombre de 77 años, armado de dignidad, valor y determinación, había hecho más bajas a los narco asesinos, que siete mil soldados o policías federales patrullando las calles de Ciudad Juárez, por ejemplo, pero podíamos decir Culiacán, Tijuana, Chihuahua, Matamoros, Nuevo Laredo, Ciudad Mier, Monterrey, en fin cualquiera de las muchas ciudades que sufren, los estragos de la puntada del presidente de atacar al narcotráfico, todo el tiempo y en todos los frentes. Error que ni un cabo del peor ejército del mundo cometería, como esperar que lo hiciera  “El jefe nato” de las fuerzas armadas mexicanas. Qué triste la muerto don Alejo, pero gracias por las esperanzas… (Rodrigo Borja).



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