Nuestros gobiernos están fundados en publicidad más que en realidades, dependen costosamente de los medios de comunicación y no por un sano afán de difundir y mantener informada a la ciudadanía, sino más por temor y desconfianza a ellos, por el poder que escenifican. Resulta inconcebible, delictivo y hasta criminal, la cantidad de millones de pesos que el gobierno destina a desinformar, mal informar, falsear o corromper y exagerar la información para cuidar su imagen a mañana, tarde y noche. Debe de estar muy desacreditado su perfil, para que desvíe tantos recursos, postergando otros rubros más importantes.
Es increíble que a sabiendas de las condiciones como el pueblo mexicano vive en agricultura, ganadería y demás aspectos agropecuarios, se atreva todavía, a lastimarlo aún más, aumentando el precio de los combustibles de primera necesidad como son la gasolina, el diesel y gas licuado. A mi juicio, este gobierno no quiere realmente que se viva mejor, como tanto lo cacarea a un alto costo, en los medios de comunicación.
Una ciudadanía como la nuestra, plagada de necesidades de empleo, de educación, de productividad industrial, agrícola y ganadera; resulta una población, repito, a la cual se le ha orillado a llevar una vida desde austera a miserable.
Si a todo lo que menciono, le agregamos la comidilla del día que significa seguridad pública y privada, acabaremos por los suelos. Sorprende, cómo se degeneró el país en este aspecto, desde que inicio su mandato el Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Necesitamos ese antes y ese después para calibrar el sexenio. ¿Cómo vivíamos antes de Calderón en seguridad pública y como vivimos ahora, en la actualidad; sin pensar en el futuro todavía? Es elemental reconocer que antes no teníamos tantos secuestros, tantos asesinatos, tantas extorsiones. Si se pretexta la lucha que se inició - a lo tarugo- contra el crimen organizado, cabe señalar que el costo ha sido muy alto en las condiciones como se instruyó. De cualquier manera, independientemente de los recursos que se tienen que sacrificar para sostener hasta diez mil elementos policiacos en nuestra frontera. Los que con frecuencia Calderón incrementa sospechosamente. Es importante preguntarnos: ¿Cuáles han sido los beneficios para México y los mexicanos que esto trajo?. ¡Vivimos con miedo! Creo que cada uno de nosotros tendrá la respuesta según el grado de la sicosis que esté padeciendo. No es deseable aumentar los inventarios, de las más de 30 mil muertes acaecidas durante la absurda lucha, iniciada por Calderón en contra de algo que no conocía. Jamás se imagino lo que sembraría; mucho menos pensó en la cosecha. Tenemos la fecha exacta de cuando se inició este absurdo criminal, pero no tenemos idea de cuándo terminará.
El recuento que hacen los que saben; dicen de más de treinta mil homicidios a nivel nacional y de algo más de seis mil muertes a nivel local. Salta la pregunta: ¿Cuántos debemos creer que hayan sido culpables?
He escuchado de última hora el asesinato del ex gobernador del estado de Colima, Silverio Cavazos por un comando armado. Me atrevo a asegurar que este delito, quedará impune como han quedado casi la totalidad de los 30 mil asesinatos que menciono.
Me falta mente para asimilar la degeneración de Seguridad Pública en la administración de Calderón. Se le salió del redil y no encuentra como, ni encontrará la forma de enmendar, remediar o disfrazar tan solo, lo que injustamente inició.
Quiero terminar mi escrito con algo revolucionario: “Al pueblo pan y circo”. Estrategia de Porfirio Díaz para gobernar.
Existe un cartón político en el cual Calderón le dice a Cesar Nava presidente del PAN; << Tu pones el pan y yo pongo el circo>>. ¡Sin comentario!
El periodista Roberto Blanco Moheno, en su libro “Pancho Villa que es su Padre” señala: “Villa fue un bandido que se hizo revolucionario, no como estos revolucionarios que se han hecho bandidos” ¿O no?
21 Nov. De 2010
Santiago Solís Leal (chago_solis@hotmail.com)
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