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viernes, 26 de abril de 2013

Columna


Estrictamente personal

Serrano, un alumno muy serio

Por Antonio Pinedo

           
La primera imagen que me viene de Enrique Serrano Escobar, es la de un compañero de clases muy serio, estudiante de tiempo completo en una universidad que había sido planificada para estudiantes-trabajadores y aún ahora sigue siendo su vertiente más importante, por ello la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, tiene mayor población estudiantil en el turno nocturno que el vespertino.
            Dedicado a los estudios no hacía ronda con muchos, recuerdo su cercanía con David Camarena, con quien aún mantiene estrecho contacto. Alto, muy delgado, incluso diríamos flaquito, Serrano se distinguía por su seriedad y aplicación a los libros, supe que por las tardes estudiaba en las extensiones de la UACH, la carrera de Administración Pública, en la UACJ estudiaba Economía, es claro que quería dedicarse a la política, eran los tiempos que en México empezaban a dominar en las primeras esferas de la política los economistas y desplazaban a los abogados.
            Me acordé del Serrano estudiante, porque revisando el archivo fotográfico de Semanario, apareció una foto en la que Jaime Bermúdez, entonces alcalde de Ciudad Juárez, está saludando afectuosamente a un personaje casi de espaldas a la cámara y observa la escena un joven muy trajeado y flaquito, que me hizo recordar al Enrique Serrano de finales de los setentas, ahora en las entrevistas dice que es abuelo con una voz muy grave y sus abundantes canas corroboran su dicho, pasó mucho tiempo desde su inicio en la política, que fue temprano, en la fotografía no tendrá aún 30 años.
            Se inició en la política en la controversial elección de 1986, aquella crucial elección plagada de irregularidades y con un ambiente poselectoral tan caldeado, que el ganador oficial, Jaime Bermúdez decidió enfermarse para no tener que enfrentar la toma de posesión. Aquella compaña municipal es memorable por muchos motivos, uno de ellos es que quien después fue destacado panista el notario público Eduardo Romero Ramos, fue el jefe de comunicación social del candidato Jaime Bermúdez y seis años después era el seguro secretario general de Gobierno, ganara Jesús Macías o Pancho Barrio, como fue.
            Serrano Escobar que desciende de la familia Escobar que dio ya un alcalde a Ciudad Juárez: Humberto Escobar, inició modestamente en la administración de Bermúdez, como secretario particular del alcalde,  pero cuando fueron descubiertas las raterías de Raúl Yu King y éste fue despedido de la Oficialía Mayor, el cargo llegó a las manos de Serrano Escobar, quien desempeñó un trabajo eficiente y discreto en el primer equipo del alcalde. Luego desapareció de la política.
            Enrique Serrano, quien había tenido un ingreso temprano y exitoso en la política, de repente desapareció del panorama. No siendo parte del equipo de Jesús Macías Delgado quien siguió a Bermúdez en la alcaldía se fue a la banca y luego vinieron los tiempos de las vacas flacas del PRI en Ciudad Juárez, de 1992 a 2004 el PAN gobernó consecutivamente.
            Recuerdo a Serrano Escobar en los tiempos de dominio panista, como un serio, muy serio jefe de meseros o gerente de piso del restaurante Viva México, más conocido como Pueblito Mexicano, en realidad este último es el nombre del complejo comercial, el cual por cierto acaba de ser adquirido por el Gobierno del Estado para adecuarlo a oficinas públicas.
            En los últimos días también he visto grandes anuncios, de las llamadas carteleras monumentales, una foto de Serrano en las que con una mueca tipo la Gioconda muy enigmática, entre sonrisa y quien sabe qué, Enrique Serrano, el serio Enrique se dirige únicamente a los militantes del PRI, como parte de su campaña interna, para ser el candidato del PRI a la presidencia. Me resulta difícil, salvo por lo serio, muy serio, ligar al Enrique de mis recuerdos universitarios, como el de los cartelones en cuya foto tal vez esté  sonriendo.

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