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jueves, 3 de mayo de 2012

20 preguntas a Ángel Buergo


                             En defensa de Carlos Villarreal
                                                                   por Luis Villagrana


Pese a la leyenda negra que cubrió al estilo casi-criminal de gobernar de Carlos Villarreal –tantas veces croniqueado- Ángel Buergo Ciriza lo califica como  el alcalde más progresista que ha tenido Ciudad Juárez, sin dejar de mencionar sus formas violentas de mantener la seguridad. A lo largo de sus 73 años de edad, Buergo Ciriza, ha sido testigo privilegiado del Juárez de traficantes de alcohol, de anécdotas memorables como la caída accidental de una bomba que sacudió a los juarenses de antaño y de las luchas por el desarrollo local, batallas llevadas a cabo, entre otros, por su propio padre, de origen asturiano y de su madre, villahumadense.
                                1.
—¿Cuál es el origen de sus apellidos?

—Tiene su origen en España. Mi papá era de Asturias, del norte de España, de un pueblo que se llama Llanes. Mi mamá era de  Villa Ahumada, Chihuahua. Cuando mi papá llegó a México mi mamá todavía no nacía. Fue medio asalta-cunas. Cuando yo nací ella tenía 17 años y él 38, le llevaba 21 años.
                                                                        2.
—¿Cómo vino a dar su papá a este país?

—Bueno, en ese tiempo mucho español se embarcaba de allá para acá; venían a la aventura, en ese tiempo estaba joven, él vino aquí a los 21 años. Acababa de ser dado de baja del ejército español porque fue herido y con el dinero que le dieron de la indemnización se vino. Primero llegó al Distrito Federal. Él llegó con un grupo de amigos: vino con el dueño del café Combate, don José Díaz; también venía con él en el barco Luis R. Blanco, que después fue el propietario de la molinera, entre otros. Después todos ellos se reencontraron en Chihuahua. Por cierto, don Luis R. Blanco fue mi padrino.
                                                                      3.
—¿Después su papá se nacionalizó mexicano?

—No, él murió siendo ciudadano español, después de estar un tiempo aquí quiso tramitar la ciudadanía pero no pudo porque en ese tiempo había muchos problemas entre el gobierno español y el mexicano. Aunque mi papá era muy amigo del jefe de Gobernación aquí en Juárez, no pudo arreglar nunca. Ya con los años, mi papá murió de cáncer a los 51 años de edad.
                                                                  4.
—¿A qué se dedicó su papá aquí?

—Él fue primero representante de un negocio que se llama Lara y Blanco, donde vendían pastura, maíz, todo lo necesario para el ganado. Así fue como empezó. Después lo llamaron del Casino Juárez como gerente, ahí fue donde murió.
                                                                         5.
—¿Vivió su padre la época franquista?

—No, él fue militar muchos años antes. Cuando la era franquista mi papá ya tenía muchos años viviendo en México.
                                                                           6.
—¿Entonces ese grupo en el que venía su papá se proponían  la reconquista de México?

—No, no, era por aventura, eran muchachos muy jóvenes. En ese tiempo la situación en España era muy álgida. Muchas confrontaciones de tipo político.
                                                                            7.
—Por ese tiempo España era un país muy pobre ¿no?

—Sí, era difícil la situación. Por ese tiempo ya había movimientos por la conformación de una nueva república. Quizá esa situación fue la que aprovechó mi papá para salirse del país.
                                                                            8.
—¿Nunca le dio por regresar?

—No, una vez me dijo que nunca pensó en regresar a España, él ya tenía muchos años aquí, nosotros habíamos nacido en esta ciudad. Compramos una casa en las calles Emilia Calvillo y Vicente Guerrero, que todavía la tenemos.
                                                                            9.
—¿En qué parte de la ciudad nació usted?

—Bueno, yo nací en un hospital que está por la Vicente Guerrero y Brasil, ahí está ahora el hospital Santa Rosa. Yo fui el primero niño que nació en la clínica del doctor Quiroz Reyes. Yo nací en el 39, un 18 de junio.
                                                                           10.
—¿Dónde cursó la primaria?

—Primero estuve en la 28, en el kínder, donde dirigía el profesor Pedro Rosales de León, después entramos a la primaria María Martínez, pero mi papá nos sacó de ahí porque la profesora Simona Barba cortó oreja, es decir, le jaló una oreja a mi hermana y se la desprendió de una orilla, entonces mi papá le reclamó. Le dijo que era una vieja salvaje. Así se usaba en aquel tiempo, le dejaban ir a uno el reglazo, le aventaban a uno con el borrador. A los vagos los enterraban en un lugar de la escuela. Era buena la escuela en el sentido de que había disciplina y buena enseñanza, pero llegó un momento en que aquello se convirtió en pura salvajada.
                                                                            11.
—¿A qué escuela los llevó?

—A una escuela privada que se llamaba Rosaura Zapata, en la calle Ignacio de la Peña y casi esquina con Guatemala, una escuelita pequeña, pero ahí graduamos. Todavía sigo viendo a algunos de mis compañeros de escuela, entre ellos a José Hernández, dueño de las casas de música Continental.
                                                                            12.
—¿Qué recuerdos tiene de la ciudad de aquellos años?

—No pues la ciudad llegaba hasta el parque Borunda. Después de ahí ya todo estaba muy lejos. Nosotros veníamos a bañarnos a la alberca del parque Borunda, que tenía un segundo piso. Mi papá, junto con Roberto Asán, Emilio Maspulez y otro señor del que no recuerdo su apellido, fueron los que impulsaron el futbol de tercera división aquí en Ciudad Juárez y los juegos se hacían en donde está ahora el estadio 20 de noviembre, entonces era puro llano. También se hacían los juegos en el hipódromo después de que lo cerraron y lo hicieron aeropuerto, como había gradas, se aprovechó para hacerlo campo de futbol.
                                                                             13.
¿Qué tan vago era?

—No, no, había muchos vaguillos, pero yo no era tanto. Jugábamos beisbol sobre la calle Emilia Calvillo, era de pura tierra, antes era la calle “E”. Cuando cayó la bomba –que se les escapó- yo estaba corriendo de primera a segunda base. Toda la gente de esa época se acuerda de qué estaba haciendo cuando cayó la bomba, pues yo estaba corriendo de primera a segunda base. Cuando iba a la mitad se oyó un tronido muy fuerte y paré de correr. Pensábamos que había explotado la Casa Redonda, que era donde reparaban las máquinas de Ferrocarriles Nacionales de México y el del Noroeste.
                                                                         14.
—¿Qué pasó después de que cayó la bomba?

—Ya como a las dos horas, las radiodifusoras empezaron a decir que cayó una bomba que al parecer fue por el lado del panteón Tepeyac, que apenas era un plan. No hubo heridos y no traía carga.
                                                                        15.
—¿Cómo era la zona centro en aquellos años?

—Había muchas cantinas y muchos cabarets de muy buena calidad. Se dice que el cuate que hizo Las Vegas de aquí se llevó la idea. Aquí todo estaba en el desierto, una zona igual allá. Cuando este cuate hace Las Vegas nadie se quiso ir allá, tuvo que venir a Ciudad Juárez a llevarse los cantineros, los meseros y los cocineros, porque de Los Ángeles nadie quiso mudarse allá, creían que nomás se iba a ir a pelear con las lagartijas.

                                                                     16.
—¿Cómo era la autoridad por aquellos años? Por ejemplo lo que se dice de Carlos Villarreal.

Don Carlos Villarreal fue uno de los presidentes más progresistas. Este hombre era muy autoritario, por ejemplo, le hablaba a don Julián Gómez, que era el dueño de la «wisklera» y le decía: «Julián te tengo apuntado con 100 mil lanas para pavimentar» y sin remedio se los mandaba. Le hablaba a don Antonio J. Bermúdez y le hacía igual. Así construyó muchas obras. Don Carlos hizo el edificio  donde está ahora el Tec de Juárez, antes era el tribunal para menores, la presidencia municipal vieja, la cárcel de piedra, el Hospital General. Era un hombre muy autoritario, muy grosero, pero con mucha visión.
                                                                        17.
—¿Qué tan cierto era que a los malandrines simplemente los ejecutaba?

—Totalmente cierto. Se los llevaban a la piedrera y para sacarles información los enterraban de cuerpo entero, nada más con la cabeza afuera y luego les echaban encima un camión que pasaba sobre ellos. A muchos les aplicaban la famosa Ley Fuga.
                                                                          18.
—¿Era un hombre rico?

—Muy rico. Se dice que su fortuna es gracias al tráfico de alcohol hacia los Estados Unidos, así hizo su fortuna, como muchas familias que ahora son millonarias. Era bastante riquito, pero le salió un hijo muy bravo para gastarla, Jorgito Villarreal –mi amigo de la infancia, junto con Pepe López Hurtado–. Jorgito se iba a España con el Cordobés, el matador, luego cuando éste venía a México, Jorgito lo paseaba en su avión.
                                                                         19.
—Hasta que mataron a don Carlos Villarreal ¿no?

—Sí, lo mataron en el bar Mint, en la avenida Juárez. Antes había estado  en una fiesta en el Casino Juárez con un grupo de amigos. Luego todos juntos se fueron al Mint a beber y fue ahí donde lo mató a balazos una sola persona.
                                                                       20.
—¿Qué causas se manejaron en aquel tiempo?
—Se dicen muchas cosas. Se dice que tuvo un altercado con Gustavo Díaz Ordaz, del que era muy amigo. Don Carlos era muy grosero y parece ser que ofendió a Díaz Ordaz y éste lo mandó matar en venganza. También se dice que lo mandaron matar unas personas a las que les debía dinero y finalmente que don Carlos se robó algunos ranchos y en represalia lo asesinaron.

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