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jueves, 17 de mayo de 2012
Los de pie
Día de las Madres
Por: Luis Villagrana
El 10 de mayo estuve presente en
la protesta del Comité de Madres con Familiares de Desaparecidas y lo que vi
fue mucha rabia, rencor, madres muy cansadas de tanto gritar, jóvenes de la
universidad que las acompañaban y poca convocatoria.
Las madres de estas jovencitas
desaparecidas esperan algo que se puede decir fácil: Justicia. ¿Y qué es eso de
forma tangible? Homicidas en la cárcel, localización de los cuerpos de sus
hijas y resarcimiento de daños.
¿Puede cumplir el gobernador
César Duarte? Las pistas que lleven al esclarecimiento de los homicidios de
mujeres –al menos los más antiguos, muchos de 1993– se ven casi imposibles de
tener, al menos no con la deficiente infraestructura que tiene la Fiscalía General
y el escaso talento de sus investigadores.
Imagínese usted que un
investigador pueda enderezar todo lo que enchuecaron sus antecesores. Imposible
cuando en este marranero se perdieron muchos elementos de prueba, al grado tal
que algunos de los cuerpos de estas jovencitas se corrompieron en espera de
justicia y sus huesos fueron a parar a un rincón metidos en costales.
Las administraciones estatales
anteriores a la de Duarte, lo que hicieron fue administrar el problema bajo
criterios políticos, de imagen y electorales para que el asunto no le estallara
durante su gestión, así se fue transfiriendo la responsabilidad de mandatario
en mandatario.
Quizá el gobernador actual ya
tenga –o lo esté haciendo– un cálculo político para disminuir el costo en el
compromiso que tiene de dar a conocer la identidad confiable de 159 cuerpos de
jovencitas asesinadas que gobierno del estado mantuvo ocultos desde 1993.
Por lo demás, la rabia, la
frustración y el agotamiento de esas solitarias madres que reclaman justicia
habla de la poca habilidad que tienen sus colaboradores en la atención a los
ciudadanos, también es indicativo del poco talento político que tienen para vertebrar
un diálogo productivo con esas madres y sus asesores, de los que no se podrá
librar nunca, porque no creo que esas señoras abandonen sus exigencias.
También es de pensarse que el
gobernador ya tiene hecho su cálculo político en cuanto a los costos que le
significan esas protestas y éste debe ser menor si se toma en cuenta que en la
protesta del 10 de mayor, los asistentes si mucho, llegaban a los 50. Bonita
vara la del gobernador para aplicar la justicia.
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