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miércoles, 30 de mayo de 2012
20 preguntas a Pina Gaytán
«La brega de eternidad» ya
no existe: Pina Gaytán
Por Luis Villagrana
En el PAN la
«brega de eternidades» ya no existe. En su lugar quedan las puñaladas por la
espalda, el linchamiento y la ingratitud, lo que tiene hecho trizas a este
partido. De las palabras de Josefina, Pina, Gaytán, antigua militante y
regidora de Salud, Centros Comunitarios y Cultura y Educación, se desprende el
paulatino deterioro en que ha caído el albiazul y de la incapacidad que ha
tenido su fracción edilicia para vertebrar un trabajo mínimamente productivo.
1.
—¿En qué año
ingresó al PAN?
—Yo entré al
PAN en 1984, más o menos en el mes de abril, invitada por una amiga y militante
activa muy entregada al partido, que para mí fue un modelo a seguir, ella es
Luz María Nevárez.
2.
—¿Cómo se dio
su ingreso al partido?
—Yo estaba en
un curso de Crecimiento en la iglesia de La Sagrada Familia. Un día el padre
nos dijo que teníamos una autoridad electa por la ciudadanía y ahora era nuestro
deber apoyarla. Y nos ofreció una serie de ejemplos de cómo podíamos apoyar a
la nueva administración.
3.
—¿La
administración municipal de Francisco Barrio?
—Si, la del
señor Francisco Barrio. Entonces la Dirección de Comunicación Social había un
periódico que se repartía y yo hablé por teléfono para decir que yo quería
repartir el periódico. Nunca lo había hecho, me llevaron 20 ejemplares y con la
mano en la cintura los repartí. Después de leerlo me gustó y a la semana
siguiente pedí más, cada vez más, porque
los repartía con mucha facilidad. Así le llegó el rumor a Luz María Nevárez y
en abril de 1984 ella me invitó a un desayuno en su casa y para mi sorpresa a
esa reunión llegó el señor Francisco Barrio. Yo nunca había votado y sin saber
nada del PAN mi primer voto fue para ese partido, aún en contra de mi padre que
era priista, aunque ya retirado seguía siendo priista. Después acudía a una
semana de doctrina del PAN, en el mismo domicilio, dejé encargada a mis hijos
con mi hermana, pues en esa semana salí casada con el partido, totalmente
convencida con su doctrina.
4.
—¿Qué le gustó
de la doctrina?
—Todo. Cada
tema que daban de la doctrina, me identificaba con él, porque yo eso hacía sin
saber que lo que yo hacía eran principios del PAN. Me identifique totalmente
con la doctrina del PAN. Por eso yo digo que estoy casada con Acción Nacional y
se ríen algunas de mis compañeras. A la semana siguiente Luz María me vuelve a
invitar y así, sin decir nada más, me hizo responsable como coordinadora del
Cuarto Distrito Electoral, del grupo de mujeres. ¿Yo qué iba a coordinar?, si
nunca lo había hecho, pero aun así depositaron en mí esa responsabilidad.
Empecé a hacer listas de señoras y a visitarlas, así me fui enrolando hasta que
se vino la campaña del 85 para diputados. Yo coordiné la campaña del arquitecto
Rivas en ese distrito y lo acompañé en todo momento, hasta que ganó.
5.
—¿Cómo le
hacía para organizar sus tareas personales con las del trabajo partidista?
—Cuando me fui
de la iglesia, como catequizadora de niños, el padre me dijo que hiciera de la
política un ministerio de servicio, quizá en aquel tiempo no estaba totalmente
consciente de eso, pero así lo tomé. Hacía todo lo que el partido me decía sin
pensar en qué si estaba cansada, qué si mis hijos, nada, yo me organizaba de
tal manera de cumplir con mi casa y con el partido. Giré alrededor del partido,
apoyé a muchos compañeros en candidaturas, por lo general siempre ganaban mis
candidatos, yo decía que iba invicta porque no había un candidato que yo
apoyara que no ganara, claro junto con mis compañeras, como Tere Almada,
Carmelita Sánchez, Lolita García, Amparito Ruiz, éramos un equipo de señoras
entregadas.
6.
—Prácticamente
todo aquel que quisiera ganar una elección interna iba a pedirle su ayuda Pina,
así construyó relaciones más allá del interés del momento, ¿puede contarme de
esto?
—Creo que al
primero que apoyé de forma muy convencida fue Javier Corral, mi relación con él
fue muy bonita, siempre trataba de aprender algo de él. Él me relacionó con
Barrio. Sí, yo fui fan de Javier Corral, él me presentó a Cruz Pérez Cuéllar, a
Luis Holguín.
7.
—¿Cómo es
ahora su relación con Javier Corral?
—No tengo ninguna.
No sé nada de él. Ni una llamada he recibido hasta ahora de él. No habla ni
para saber cómo estoy. Nada. No hay relación. Él es candidato y nunca me buscó.
Mi amiga Lety influyó mucho en él (hermana de Javier Corral). Hubo un
distanciamiento con ella, por una asesora que tenía cuando fue regidora, pienso
que eso influyó en algo, pero de cualquiera manera antes de ese problema ya no
me había buscado. Después llegaron estas campañas, las de ahora, y en la
interna decido apoyar a Cruz Pérez Cuéllar. Él tiene presencia, preparación y
no había sido senador. Javier tiene todas esas cualidades pero ya había sido
senador. Mi apoyo fue en un centro de votación cerca de mi casa, ahí ganamos
con 100 votos, con la gente convencida, sin nada a cambio, ya de lo demás, las
acusaciones en contra de Cruz: los acarreados y la compra de votos, no sé nada.
Yo, en mi colonia, gané bien.
8.
—¿Pese a que
usted lo ayudó mucho y estuvo cerca de él?
—Sí. Cuando el
señor Francisco Villarreal empezó a moverse en la precandidatura para alcalde
de Juárez por el PAN, a mí me invitaron a coordinar su agenda de actividades.
En este cargo estaba Javier Corral, era él el que lo iba a acompañar en todo el
trabajo, pero al señor Villarreal no le gustó su impuntualidad y su
informalidad para llevar la agenda. Habló con Tencha Barrio (esposa de
Francisco Barrio) y le dijo: “oye este muchachito no me gusta. No es nada
puntual”, entonces la señora le propuso a Irma Monárrez y ella me invitó a mí.
Después Cruz Pérez Cuéllar nos reunió en una casa de su propiedad y ahí
Villarreal nos preparó una taquiza. Era el primero de enero del 92, en octubre
de 1992 entramos a su administración.
9.
—¿Era muy
estricto Villarreal?
—Demasiado,
pero en la campaña y la precampaña, nosotros lo movíamos en el carrito
destartalado de mi compañera Irma, para arriba y para abajo, le hablábamos con
la verdad, no nos impresionaba, ahora digo que fuimos muy aventadas porque no
sabíamos el señorón que era. Nosotros éramos voluntarias y punto, ni sueldo
teníamos así que no teníamos compromiso. Aun así nosotros lo promovimos mucho
entre los afiliados del PAN.
10.
—¿Después de
ganar también estuvieron junto a Villarreal?
Al siguiente día de que ganó,
Irma estaba en su casa y yo en la mía, cuando Villarreal nos habló y nos preguntó
porqué no habíamos ido a trabajar. Yo le dije: «pero si ya es presidente ¿para
qué nos quiere?». Pues nos hizo ir ese día, nos encargó que le juntáramos a los
regidores electos y sus suplentes. Por esos días empezó a llegar gente con su
solicitud de trabajo en mano. Gente que nunca habíamos visto en la campaña. En
verdad, en serio, no sabíamos qué seguía después de ganar una elección.
11.
—¿Cómo fue el
proceso para definir la asignación de cargos?
—Uno noche nos
pidió a Irma y a mí que lo acompañáramos a una reunión, en una casa por la
calle Melquiades Alanís, cuando llegamos nos presentó con todos los asistentes.
Después me di cuenta que ahí estaba toda la Familia Feliz. Villarreal nos
agarró del brazo y nos presentó con cada uno de ellos.
12.
—¿Cómo entró a
trabajar a la administración de Villarreal?
—Después de la
elección me fui a mi trabajo partidista normal en Promoción Política de la
Mujer, en septiembre del 92 Cruz Pérez Cuéllar me invitó a trabajar en
Organización Social, donde él fue nombrado director de esa área. Ramón Galindo
fue asignado como director general. Nunca había trabajado formalmente, después
de 10 años de militancia todavía no sabía que podía tener trabajo dentro de la
administración pública.
13.
—Después
impulsó fuerte a Ramón Galindo para la alcaldía, ¿cómo fue ese proceso?
—En la campaña
de Villarreal me dejé ir contra Ramón para apoyarlo, pero ya en la
administración escogí a Ramón como mi candidato, no porque fuera mi jefe, sino
porque me gustó como era, como pensaba, me gustó que nos daba mucha libertad de
trabajar, de que sabía hacer equipo, respetaba nuestro trabajo, era padrísimo
como jefe, aparte lo escuché mencionar principios de doctrina del PAN en
función de servir a la gente, eso a mí me gustó mucho. Cuando se llegaron los
tiempos previos a la campaña interna, Villarreal llegó hasta mi negocio de
gorditas, tacos y enchiladas, que tenía en mi casa (cada semana venía a comer a
mi casa), ahí me preguntó que a quién íbamos a apoyar: ¿Badía o Galindo? Yo le
dije sin dudarlo y con la mayor tranquilidad del mundo, que a Galindo. Puso una cara de enojado al
oírme. No me dijo nada, pero a partir de ahí cambió su actitud de forma total,
después ya no se acordaba como me llamaba, a Irma la quitó de la Secretaría
Particular. Ni modo, yo siempre voté por el que quise, no me pudo nada. Fue un
cambio feo, se vinieron muchas cosas malas con él, pero no tiene caso
comentarlas porque él ya murió.
14.
—En este
contexto, de activismo intenso en su partido, muchas veces sin remuneración
alguna, ¿dónde cree que estuvo el punto de quiebre por el cual ahora la tienen
en el banquillo de los acusados, con un proceso de expulsión en su contra?
—El punto de
quiebre fue el distanciamiento con Javier Corral y su hermana, ahí lo empecé a
notar, principalmente de su hermana, ella tenía poder y su hermano mucha
influencia, pero siempre he dicho que no necesito vejigas para nadar y siempre
seguí navegando sola. Cuando yo decido candidatearme como regidora empecé a
buscar el voto yo sola, no hice equipo con nadie, había 29 personas que querían
ser regidoras, pero aun así, sola, quedé el séptimo lugar y gané. Escogí muy
buen suplente, lo escogí porque es hombre, por joven y por no tener tanto
tiempo en el partido. Me gustó mucho haber ganado, pero no crea que me
entusiasmé como había imaginado, de pronto me asustó la responsabilidad, pero
después empecé a estudiar, me acerqué con ex regidores y así empecé a
capacitarme. Venía con la idea de transcender y de hacer equipó con mis otros
compañeros regidores del PAN.
15.
—¿Y qué pasó?
Porque hasta hoy cada quien jala para su lado.
—Un día
saliendo de una reunión de regidores recién electos, afuera, me encontré a
Héctor Hernández en espera de que su esposa llegara por él, entonces me platicó de su intención de coordinar a los
regidores del PAN, yo le dije que esa era facultad del presidente del Comité
Municipal del PAN (a cargo de Héctor Arreola), pero aun así tenía que hacerlo
por consenso, me respondió, entonces me platicó de sus planes y me gustaron, en
ese momento le dije que lo apoyaba, así fue, no fue producto de algo
maquiavélico como dicen algunos.
16.
—¿Se enojó
Sergio Madero, que también se movía por la coordinación?
—Por esos días
me habló Madero. Juro que ese día yo estaba muy ocupada con mi nieto. Le dije
que por favor me hablara después, pues nunca me volvió a hablar. Así quedó. De
cualquier manera ya había decidido por Héctor Hernández. Sabía de sus antecedentes
por la campaña de Javier Corral, una personas que reunía muchas gente, muy
activo, exitoso. Del quiebre con la hermana de Corral, a esa fecha, ya se veía
venir todo en mi contra.
17.
—¿Cómo reaccionó Héctor
Arreola, por ese tiempo presidente local del PAN?
—Me habló por
teléfono y me dijo: «Oiga Pina, ya sabe que tengo facultad para elegir al
coordinador de regidores, pero quiero que me diga a quién prefiere usted». No
le quise decir que ya estaba comprometida con Héctor Hernández, por eso le contesté:
«Esa es tu facultad Héctor, tú ejércela y yo me someto a tu decisión».
18.
—¿Quién más
apoyaba a Héctor Hernández?
—Yo, Daniel
Navejas y Abelardo Valenzuela, quiénes habíamos firmado una carta de apoyo,
pero resulta que después nos dimos cuenta que Valenzuela, firmó apoyos tanto
para Hernández como para Madero. Dos veladoras prendidas. Finalmente se quedó
con Madero. Por esos días había reuniones con ex regidores para ponernos al
tanto de los asuntos en Cabildo, ahí sin habernos avisado que Madero se quedaba
como coordinador de nuestra fracción, los ex ediles se dirigían a él en su
calidad de coordinador, pues ahí tronó el asunto. Eso me cayó muy mal, por esa
falta de atención.
19.
—¿Se declaró
en rebeldía ya en la posesión del cargo?
—Para nada. Juro
que finalmente acepté la coordinación de Madero, pero cuando empieza a hacer su
labor me doy cuenta que al revisar los asuntos en nuestras reuniones previas a
la Sesión de Ayuntamiento, él palomeaba o rechazaba todo, no había nada: quería
que callados aceptáramos todo lo que él quería. A partir de octubre, mes en que
tomamos posesión, me empecé a dar cuenta que no venían a trabajar o llegaban
muy tarde. Para enero del 2012 hice una carta en la que puntualicé la actuación
del coordinador y la informalidad de mis compañeros regidores. Ahí les dije que
los vicios que veía yo en los del PRI, ahora los estaba viendo en mis
compañeros regidores del PAN, la entregué al comité municipal, del cual yo
formaba parte, pero no pasó nada, como si no pasara nada. Aquí también quiero
decir que el coordinador de regidores siempre entra por de «faul» al comité
municipal, así que un día me llama Héctor Arreola y me pide que renuncie a ser
miembro del comité, para que en mi lugar quede Madero, porque no puede haber
dos regidores en esta figura, yo le dije: ¿Qué te parece que si para solucionar
el problema, mejor me das la coordinación a mí?
Los miembros del comité fuimos nombrados en asamblea, así que por los
estatutos él no me podía remover, así que no me fui. A partir de ahí sentí más
de cerca la intención de expulsarme, aunque tomaron como excusa que voté a
favor del desarrollo inmobiliario de San Agustín, cuando había línea del
partido de votar en contra, cosa que los panistas nunca hemos hecho: aceptar
líneas.
20.
—¿Cuán es su
pronóstico: la dejan fuera o se queda y cuál es la reacción de los actuales
propietarios del PAN, Galindo, Corral, Cruz?
—No hay bases legales
para hacerlo. En el PAN los estatutos protegen el voto de conciencia.
Políticamente no se la avientan. Respecto a ellos ni una palabra. Ramón
callado. Corral, pues ya sabemos lo que sucedió. Con Cruz pues perdimos la
interna. Ya veremos cuando quieran ser candidatos.
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