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viernes, 11 de mayo de 2012
Escenarios políticos
Todos, pero sobre
todo la maestra
Por Antonio Pinedo
Al
margen de su tan comentado formato rígido, el debate del domingo pasado, nos
debe dejar satisfechos como mexicanos, con todas sus limitaciones hubo momentos
importantes de auténtico debate, se cumplieron expectativas —sobre todo porque
eran muy pocas— y por supuesto lo mexicanos conocimos más a los candidatos.
Si fue
aburrido, pero no soporífero como se esperaba; fue más visto que el futbol, midiendo
sólo las audiencias de Canal 5 de Televisa, que lo trasmitió, llegó a 10.5
puntos, y el futbol al que Salinas Pliego le apostó, sólo alcanzó los nueve
puntos; el marcador favorece al pueblo de México, previamente descalificado por
el dueño de Televisión Azteca.
Se pierde el pos debate
Lo que
si vamos perdiendo los mexicanos es el pos debate, ya que ha ocupado más tiempo
en los medios de comunicación masivos la presencia de una playmate, como
edecán, con su atractivo vestido blanco, que el análisis serio de lo sucedido
en esas dos horas. Los 20 segundos en cámara de Julia Orayen, no desvió la
atención de los televidentes, que nunca más la volvieron a tener a cuadro y
salvo a Gabriel Quadri, a los debatientes tampoco los distrajo, fue en las
redes sociales y la exagerada importancia que le dan los medios mexicanos a las
mismas, las que están desviando la atención pública, a un asunto que no pasa de
ser mas que un error atribuido a alguien como poco sentido común, ya que
ciertamente la belleza de Julia Orayen, no debe ofender a nadie, pero no era,
por lo menos con ese vestido, lo adecuado para la sobriedad que debería tener
el debate. Ella misma en un traje sastre no habría despertado ningún
comentario, como el vestido blanco en alguna alfombra roja nadie lo habría
notado de esa manera y si probablemente el llegar en traje sastre.
Todos ganaron
En el
debate no hubo un claro ganador, como por ejemplo sucedió en el primer debate
de 1994, cuando la contundencia y seguridad de Diego Fernández de Cevallos, despertó
la simpatía de muchos electores.
El mejor fue López Obrador
Andrés
Manuel López Obrador, logró su cometido, dejar en claro que Enrique Peña Nieto,
es el candidato del duopolio televisivo y que sus apoyos son sobre todo de una élite
en el poder económico, encabezada por Carlos Salinas de Gortari. Se vio seguro
tranquilo y sobre lo relajado que estaba, baste mencionar cuando colocó la foto
al revés y simplemente la enderezo, y comentó, «el mundo al revés».
Dos
golpes le dirigió Peña Nieto y ambos fueron revertidos por el candidato de las
izquierdas, cuando habló el priista de su gasto de mil millones de pesos en
publicidad, que finalmente resultaron los gastados en seis años y él mostró documentos
en donde EPN, gastó sólo en su primer año 691 millones de pesos en publicidad.
También fue certero cuando le pusieron la foto de René Bejarano y las ligas; él
mismo complementó la información al mencionar al parralense Ponce, quien ya
tiene ocho años en la cárcel y habló también del encarcelamiento de Bejarano.
Por su
parte recriminó el que nada se haya hecho contra Arturo Montiel, del que el
propio EPN fue secretario de Finanzas. Repitió básicamente su idea fuerza de
los últimos años, que se podría sintetizar en que los males del país tienen su
origen en la corrupción y este tipo de comportamiento lo comparten tanto PRI
como PAN y que la opción de la izquierda es el camino. Además habló de
corridito.
Peña Nieto no cayó a la lona
Enrique
Peña Nieto, el candidato priista, demostró que no necesita un teleprompter para
debatir, no únicamente se defendió sino que atacó, sobre todo fue contundente y
reiterativo con Josefina Vázquez Mota, quien nunca respondió el porqué de sus
ausencias en la Cámara de Diputados y si
cobró como si trabajara.
El
priista fue el foco principal de atención, por la sencilla razón de ser claro
puntero en las encuestas y no se amilanó como se esperaba aun cuando fue el más
rígido, es evidente que fue subestimado en los días previos al debate. Recibió
ataques por parte de Vázquez Mota y López Obrador y salió mejor librado de los
de Vázquez Mota, y aquí hasta se anotó un buen punto, cuando la invitó a
recorrer las obras que como gobernador del Estado de México, realizó y de esta
manera dar al traste con la campaña panista de que «Peña Nieto miente».
No se
puede decir que Peña Nieto, ganó el debate, pero tampoco fue noqueado, es
posible que haya perdido algunos puntos en las preferencias, pero no tantos
como para dejar su amplia ventaja, por lo menos no a consecuencia de este
debate. Dio mucho más de lo que se esperaba de él.
Josefina fue contradictoria
Líneas
arriba, afirmamos que todos ganaron el debate, aquí habría que matizar, el
desempeño de la panista fue bueno en términos generales, aun cuando nunca pudo
responder con eficacia sobre sus ausencias en las votaciones de la Cámara de
Diputados.
Los
ataques contra Peña Nieto, no fueron eficaces y le fue imposible conciliar en
su discurso sobre seguridad pública, la actual política de Felipe Calderón, de
sus promesas de lograr la paz e incluso de su contradictoria afirmación de «conservar
la paz» que vivimos, con el «estado de emergencia» en seguridad que hay en el
país, sus contradicciones fueron evidentes, aunque muy bien dichas,
probablemente ella no se dio cuenta, en ese momento, de lo contradictorio de su
discurso.
Elba Esther la ganadora
Un
rápida encuesta —seguramente telefónica—
sobre intención del voto, realizada
por el diario El Universal de la Ciudad de México, dice que luego del debate la intención del
voto quedó así: 36.3% para Peña Nieto; 23.4% para López Obrador; 22.09% para
Josefina Vázquez Mota y un 9.5 por ciento para Gabriel Quadri.
Los
números anteriores reflejan una mixtura entre las preferencias electorales
antes del debate y la opinión de los televidentes sobre el mismo, en el que en
gran medida mencionaron que Gabriel Quadri, fue quien mejor expresó sus
propuestas.
Aquí
habría que apuntar que a Gabriel Quadri, los otros tres candidatos, simplemente
lo ignoraron y por ello tuvo todo su tiempo para poder dar a conocer algunas de
sus ideas, que los otros enfrascados en el debate, no tuvieron tiempo, por la
ya mencionada rigidez del formato.
Es
evidente que Quadri fue menospreciado,
pero con ello lo que parecen haber logrado los otros candidatos fue haberle
dado el triunfo a la patrocinadora de Quadri, Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza, ya que podría
lograr con holgura el dos por ciento de los votos que requiere para mantener el
registro y las prerrogativas de ley que le corresponden o sea dinero público
para el partido de la maestra Gordillo, la probable gran ganadora del debate.
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