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miércoles, 29 de febrero de 2012

20 preguntas a Gustavo de la Rosa: Teto debe un disculpa a la ciudadanía

Por Luis Villagrana

Mientras que para el alcalde de Juárez, Héctor, «Teto», Murguía, el atentado con arma de fuego contra una maestra y su hijo, además de las cientos de detenciones arbitrarias, todo cometido por policías municipales, no es merecedor de una disculpa pública, para el visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Gustavo de la Rosa Hickerson, sería beneficioso para la recomposición del tejido entre ciudadanos y autoridad que lo hiciera. Aunque asegura que esta acción no es propia de políticos decentes que mal entienden el ejercicio de la función pública. Para continuar con el posicionamiento de derechohumanista incómodo, De la Rosa Hickerson fue de los reclamadores del presidente Calderón, durante su reciente visita, por los altos niveles de violencia en Juárez (120 homicidios por cien mil habitantes por año) esto pese a el triunfalismo del dirigente del país y los reclamos del Consejo Coordinador Empresarial «por haberse ido grande» contra él. Reclamo explicable si se toma en cuenta que el éxito en las gestiones de estos grupos depende de la voluntad del presidente.
1.
—Grupos derechohumanistas exigen al alcalde, Héctor, «Teto», Murguía, una disculpa pública ¿qué opinión tiene de esto?
—Esa es una de las decisiones que puede recomendar la Comisión Estatal de Derechos Humanos cuando agote el procedimiento que tiene contra el Gobierno Municipal. Es como cuando sucedió con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Gobierno Federal, cuando ésta le ordenó al gobierno de México que ofreciera una disculpa pública a todas aquellas madres y familiares de jovencitas que fueron asesinadas en el periodo de 1993 a 2003.
2.
—¿No es muy usual esto en los niveles municipales de gobierno?
—No, pero es correcto que cuando la autoridad se equivoca, ésta ofrezca una disculpa pública. Es más: el municipio debiera ofrecer una disculpa pública aun sin que se le pidiera nadie. Esta disculpa debiera ser por iniciativa propia. El alcalde debiera reconocer que se equivocó y corregir el error.
3.
—Hasta por cálculo político se vería hasta bien Murguía ¿no?
—Desafortunadamente hay personas o funcionarios que consideran que el comportarse decentemente, civilizadamente, con la ciudadanía, los hace perder fuerza en su autoridad, pero pues son personas que tienen una perspectiva inadecuada del ejercicio de la función pública.
4.
—¿En qué beneficiaría a los juarenses que «Teto» pida una disculpa por haberse equivocado?
—Bueno, es que de esta forma se empieza a construir la paz entre la autoridad y la ciudadanía, cuando es sincera la actuación de la autoridad, cuando la autoridad reconoce que algunos de sus funcionarios se equivocaron y que reconocen que son humanos y están sujetos al error y pedimos una disculpa a quienes hayamos molestado, lo que se hace es que se recompone el tejido entre autoridad y ciudadanía. Este es uno de los mecanismos rápidos de resarcir la relación y el tejido social, eso nos beneficia mucho.
5.
—¿Va «Teto» en dirección contraria a este mecanismo? Vemos que en el atentado contra la maestra y su hijo, incluso, falsearon sus declaraciones para encubrir a los responsables, alteraron la escena del crimen y amenazaron a los testigos.
—Es importante la disculpa pública, sobre todo en este caso ¡hombre¡ No tenían ni para qué haberse complicado la vida. Una vez que llegan los policías, que comprueban que es una mujer sola, que está acompañado de su niño, que no hay ninguna evidencia de la comisión de un delito, en ese momento lo que debieron haber hecho es informar con exactitud la verdad de lo ocurrido a la Fiscalía.
6.
—¿Pagar las consecuencias del error?
—No era una cuestión muy grave, lo que lo hizo más grave, es que una vez que cometieron el error, fueron a tratar de justificarlo inventando acusaciones en contra de la maestra.
7.
—¿Se pierde la confianza en la autoridad?
Eso si hace perder la credibilidad a la autoridad. Uno se pregunta: ¿En manos de quién estamos? Porque esto contribuye a la sensación de inseguridad y nos deja a nosotros los ciudadanos en un estado de indefensión.
8.
—¿Ya emitió la comisión un posicionamiento sobre este tema?
—Sí, ya existe un acuerdo del Consejo Estatal en donde toma un posicionamiento muy fuerte en la que llega a la conclusión de que en las detenciones masivas de ciudadanos juarenses pudiera existir un afán recaudatorio, además de violentar las garantías constitucionales. Es muy claro el asunto, la autoridad municipal no puede molestar a ningún ciudadano sólo por el hecho de parecer un delincuente.
9.
—¿Parecer desde el punto de vista de quien?
—Pues sí, parecer delincuente desde la subjetividad de los policías municipales. Cada quien viste como quiere, se peina como quiere y se lava la cara cuantas veces quiera, todo conduce a lo mismo, no hay salida: la autoridad no debe llevar a cabo este tipo detenciones porque entonces sería privación ilegal de la libertad.
10.
—¿Debe actuar la fiscalía entonces puesto que hay un delito ahí que perseguir?
—El Gobierno del Estado ha actuado con mucha cautela en esto, ha sido muy blandito, en realidad ha tratado bien a Murguía, pero si sigue así va a llegar un momento en que Gobierno del Estado tendrá que actuar contra los policías municipales.
11.
—¿Cómo sería este proceso?
—La Fiscalía podría atender demandas en contra de policías municipales por el delito de privación ilegal de la libertad y ya veremos que hacen cuando seis o siete policías sean encarcelados por este motivo, se les va a armas un lío, entonces se darán cuenta que no pueden actuar de esta forma y aprenderán que los límites de su actuación son el respeto a los derechos humanos, no pueden llegar más allá.
12.
Respecto a la reciente visita de Calderón, en la que prevaleció un tono victorioso sobre la violencia y la criminalidad ¿la comisión comparte esta visión triunfalista?
—No, no así. Frente a la Mesa de Seguridad del programa Todos Somos Juárez y frente al presidente de la república. Del lugar donde se encontraba la inseguridad, cuando llega la Policía Federal, al momento en que se encuentra actualmente, ha habido una disminución importante, pero no puede considerarse para nada que estemos en un proceso de reducción de la violencia.
13.
—¿Cómo argumenta esto?
—Porque la violencia está todavía por arriba de los 120 homicidios por cien mil habitantes por año, esta es una tasa enorme, alarmante, si consideramos que la Ciudad de México tiene nueve homicidios por cien habitantes por año. Compara nueve con 120. Si consideramos que la ciudad de Nueva York tiene ocho, si consideramos que Montreal tiene dos, Madrid cuatro ¿contra 120 en Juárez? Eso no está para nada bien.
14.
—¿Nos quieren conformar con esta reducción?
—Claro que sí. Claro que hubo momentos en que llegamos a 252 homicidios por cada cien mil habitantes por año, pero de bajarlo de 252 a 120, no estamos ni siquiera a medio camino de abatir la violencia. Esto sin entrar al análisis de los demás delitos, porque el único de ellos donde sí ha habido verdadero avance es en secuestros, pero en los demás no hay grandes avances.
15.
—¿La extorsión goza de cabal salud?
—La extorsión, el robo de vehículos, asaltos a negocios con arma de fuego y en homicidios, que son los delitos de alto impacto y que ahí están todavía en niveles considerados como graves, preocupantes.
16.
—Algunos grupos ya no lo ven así, por ejemplo los miembros del Consejo Coordinador Empresarial que en esta visita le ayudaron a Calderón a echar al vuelo las campanas ¿qué opina de esta actitud?
—Este tipo de asociaciones que siempre  aprovechan este tipo de visitas para «agradecerle a las autoridad por todo lo que han hecho» ¿no? Pero organizaciones como el Consejo Coordinador Empresarial siempre están en constante gestión y pues obviamente para tener éxito en las gestiones que hacen pues necesitan estar brindándole apoyo permanente a la autoridad, porque básicamente la autoridad es quien les resuelve sus problemas.
17.
—¿Una vieja práctica no? Hace años el presidente era recibido con un gigantesco encabezado en los periódicos de «Gracias y bienvenido, señor presidente».
—Sí, esto siempre lo han hecho, pero además de hacerlo, los directivos de estas organizaciones, incluyendo las sindicales, entienden que esa es la manera de obtener resultados positivos en las gestiones que hacen, pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos frente a la autoridad federal fueron muy claras en exigir que se frene no sólo el crimen, sino también los abusos de la policía municipal de esta ciudad.
18.
—¿Habló con los directivos del Consejo Coordinador Empresarial sobre este tema?
—Sí, tuvimos una reunión donde me reclamaron. Me dijeron que me había ido «grande» contra el presidente Calderón, en mis reclamos pues, pero la realidad ahí está, no podemos echar las campanas al vuelo y decir que en seguridad ya estamos del otro lado con tasas de 120 homicidios, ya no se diga de los otros delitos de alto impacto.
19.
—¿Incomoda su trabajo?
Pues sí, como a este tipo de grupos que ven en las visitas del presidente una oportunidad para impulsar las gestiones para sus agremiados y pues básicamente el gobierno les soluciona gran parte de sus problemas.
20.
—Aunque es lo mínimo ¿no? Ha recibido amenazas de muerte.
—Pues sí, aunque ha habido una disminución de las amenazas, los riesgos siguen siendo altos y uno los enfrenta, el problema es que esto es lo único que uno sabe hacer. Yo no sé hacer otra cosa más que defender a mis clientes o a mis usuarios. Nunca he podido hacer otra cosa. Este es un trabajo de alto riesgo y punto ¿no? Como el de los bomberos y el de los periodistas.

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