Reiterar sobre el Centro de Convenciones

Volver una y otra vez sobre los problemas de Ciudad Juárez o bien traer nuevamente al foco de la esfera pública proyectos estancados, tiene una explicación muy simple: los problemas no se resuelven y siguen siendo los mismos y las obras están estancadas y no se ponen en práctica, no se realizan. Son parte de la política de olvido y abandono que hay sobre nuestra ciudad.
Comentamos lo anterior porque el Centro de Convenciones, sigue en el limbo, no se decide ni siquiera sobre el lugar en donde se debe construir. En la administración de triste memoria de José Reyes Ferriz, que pasará a la historia como tres años de retroceso y rapiña por parte de las autoridades municipales y lo que es peor: impunemente; se empezó a trabajar en la los llamados hoyos de El Chamizal, que son los terrenos por donde antiguamente pasaba el cauce del Río Bravo, antes de la devolución de los terrenos por parte de los Estados Unidos.
Cuando se anunció que el Centro de Convenciones se construiría en ese lugar, en este mismo espacio, se habló de los inconvenientes del mismo, por su altura, tenían un grave problema de inundación y el peligro de que estas fueran de aguas negras, definitivamente no era un lugar adecuado para una obra que ha esperado muchos años la frontera.
Sin embargo, en la cerrazón característica de la administración encabezada por Reyes Ferriz, en el desamor que siempre tuvo por esta ciudad, se empeñó en el sitio y ahí se inició la construcción del multicitado Centro de Convenciones , para salvar los inconvenientes de la altura de los terrenos, que se encontraban por debajo de las líneas de drenaje, se invirtieron más de 25 millones de pesos, sólo en dejar en terreno en condiciones apropiadas por la altura para construir en los mismos y no tener una inundación de aguas negras.
Las cosas ya caminaban pues por ese rumbo, que por otra parte tenían condiciones altamente favorables, como su ubicación muy cercana a los puentes y al centro de la ciudad, en el caso de esta cerca de la línea divisoria, era la posibilidad de vencer la renuencia de los paseños a cruzar la frontera, se apostaba a que se podrían sentir más seguros muy cerca de la línea fronteriza, ya que el regreso a su país, sería casi inmediato.
La otra ventaja, el estar cerca de la zona centro, daba la posibilidad de revivir el agónico centro histórico, llevándole obras importantes que lo reanimen económicamente, el sitio luego de una inversión de 25 millones ofrecía ventajas claras.
Sin embargo, se paró la obra y ahora siguen pensando en donde sería el lugar más adecuado, lo cierto es que no lo era por el peligro de inundaciones, pero ahora no hay lugar más adecuado que los hoyos de El Chamizal, hay terrenos suficientes, está muy cerca de la zona hotelera y la gran ventaja de estar pegado a dos puentes internacionales; es urgente reiniciar trabajos, la ciudad carece de muchas cosas, pero sobre todo de tiempo.
Editorial 1019