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miércoles, 22 de febrero de 2012
Los de a pie
Josefina Vásquez Mota, la mami de los mexicanos
Por: Luis Villagrana
Con sonrisa, dulce pero también enigmática, que no se aleja de su rostro desde entonces, Josefina Vásquez Mota, candidata a la presidencia de México por el Partido Acción Nacional (PAN), lo primero que ofreció a los mexicanos cuando la declararon ganadora de la encuesta interna, fue sus brazos maternales para cuidarnos y protegernos tal como lo hace con su marido y con sus hijas, así lo dijo en la tele.
Además de mostrar sus habilidades en la lucha interna con las que derrotó a sus competidores, el rijoso 34 % ciento de Ernesto Cordero y el tierno 6 % de Santiago Creel, Josefina ha mostrado otra dote: la del toreo, con la cual ha eludido las embestidas de los compromisos claros en temas urgentes y graves.
La candidata de la derecha nos ofrece como promesa básica de beneficio, al menos hasta ahora, su condición de madre en particular y la de convertirse en la madre de todos los mexicanos para cuidarnos en su regazo tibio de los monstruos de la inseguridad, el desempleo y otras rémoras que ya casi acaban con el país.
Quizá doña Josefina tenga información que le diga la apremiante necesidad que tenemos los mexicanos de contar con una madre o de algo que la simbolice. Cómo dijo una señora que hacía fila en el IFE: «nadie mejor que una para saber lo que los hijos necesitan».
Aunque es de advertirse que existen viejos cincuentones que todavía es hora que no dan un solo paso sin su mami, debido a que su santa madrecita los quería tanto que los castró para que no se alejaran más allá de sus enaguas.
Cabe resaltar que existen madres de las que dirían sus propios hijos: «mejor vete y no vuelvas» de lo negligentes y maltratadoras que son con ellos; son las que cuando el DIF allá a las cansadas las detecta, las mete a la cárcel.
De todo hay en esta viña: abusadoras, manipuladoras, celosas con las nueras, enamoradas de sus hijos, rapaces y mezquinas, aunque también dulces, solidarias y conscientes de la educación para la libertad que deben tener sus vástagos.
Todos los hombres, absolutamente todos, cargamos en el inconsciente, en el lado oscuro de la mente, en nuestra sombra, con un aspecto femenino que los buenos psicoanalistas jungianos identifican como nuestra «ánima» y que mal o bien lidiamos con ella, quizá la apelación maternal de la mami Josefina vaya por ahí.
Pero ahora, después de reconocer la capacidad de siempre de las mujeres (Josefina es prueba de ello) es necesario aclarar que gobernar el país no es un asunto de género; es más bien, un tema de políticas públicas: saber de ellas qué, cómo, cuándo y con qué.
Por ejemplo, Vásquez Mota dijo que seguirá con la guerra loca de Calderón –continuismo vil- lo cual implica que tendremos otros seis años de matazón y las finanzas de los narcos continuarán rebosando de salud.
Por ejemplo debe decir qué hará con el sindicato más poderoso y corrupto de América Latina, el del SNTE, tumor enquistado en todos los presupuestos públicos que no ha dejado impulsar la calidad de la enseñanza.
Son sólo dos pequeños ejemplos de los miles de temas que debe clarificar y tomar posición ya, por lo demás, que deje en paz a nuestras santas madrecitas, claro está, la de cada uno de nosotros; los que no tengan pues a lo mejor ahí está su oportunidad.
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