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miércoles, 30 de noviembre de 2011

20 preguntas a Víctor Orozco

Hoy privan las mismas
condiciones que en 1910

Por Luis Villagrana

A la luz de la historia, el politólogo, jurista y ombudsman de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Víctor Orozco, reflexiona las similitudes de la violencia revolucionaria, generada entre 1908 y 1910, con la que ocurre hoy y aunque distintas en sus manifestaciones, comparten las mismas causas: gobiernos corruptos, trato injusto a los ciudadanos y juventudes sin horizontes que seguir.
1.
— ¿Qué podemos aprender sobre las circunstancias de violencia y crisis económicas actuales, a la luz de la Historia? Estoy pensando en la Revolución, por ejemplo.
—Los años que van de 1908 al 10 en el siglo pasado se caracterizaron porque se empezaba a generar un ambiente de inconformidad en el país, pero particularmente en Chihuahua. Aquí hubo intentos de estallidos de violencia –se intentó tomar Ciudad Juárez en 1907- liderados por los magonistas y todo eso culmina con el alzamiento armado en el noroeste del estado y culmina con la caída de Ciudad Juárez en 1911. La violencia de aquel tiempo no tiene parangón con la actual, aquella tenía motivos políticos, sociales y culturales encaminados a cambiar el estado de cosas. La violencia de ahora no tiene rostro ni direccionalidad, sólo suponemos que es el lucro.
2.
—¿Quizá podemos encontrar similitudes en las causas que generaron aquel movimiento y entre las que, en el fondo, detonan el estado de cosas de hoy?
—Sí, entre las causas que originaron el estallido de violencia de aquella época, destacan las disputas por la tierra entre las posesiones de los pueblos y las grandes haciendas, otra es la justicia torcida, corrupta, en la que los jueces están al servicio de los grandes dueños del dinero, luego hubo agravios al sentido del honor que tienen que ver con las humillaciones que cometían las autoridades, también los bajos salarios y las jornadas de trabajo extenuantes. ¿Cuáles están vigentes ahora? Creo que la situación de injusticia generalizada es similar, la corrupción del gobierno, los altos impuestos a los pequeños propietarios y los arreglos ilegales de los grandes propietarios. Hay un agravio por la desigualdad, por la impunidad que permanece, todo eso ahora se expresa en más crímenes, en más violencia, aunque distinta a la de aquel tiempo.
3.
—¿En esos agravios mencionados pudiera estar la razón por las que cada vez más jóvenes son reclutados por las bandas del narcotráfico?
—Totalmente. Estas injusticias que prevalecen hasta nuestros días propician que los jóvenes  no tengan horizonte, que les falte perspectiva. El aparato del Estado está dedicado casi totalmente a succionar a los ciudadanos. Un joven de entre 15 y 20 años de edad en algún fraccionamiento, Horizontes del Sur por ejemplo, encuentra que él y su familia están como presos, dentro de una gran muralla social que no pueden brincar. Este muchacho no tiene posibilidades de ir a trabajar y luego te encuentras que ni siquiera hay trabajo, es obvio que estas situaciones son veneros inagotables para la delincuencia.
4.
—La violencia actual, la del narco y la de los gobiernos, ha propiciado también la caída de la economía, ¿ocurrió también en los tiempos revolucionarios?
—Hubo estallidos, pero no había una violencia delincuencial. Existían bandas de forajidos que también extorsionaban, pero si  pensamos en proporciones, no se le acerca ni con mucho a la de ahora y claro está la caída de la economía tiene que ver con los delincuentes y las malas políticas, pero en Juárez nos ha tocado bailar con la más fea.
5.
—Incluso se dice que la vida nocturna en Juárez estaba a todo lo que daba, aún con los frecuentes enfrentamientos entre revolucionarios y soldados porfiristas, ¿Esta violencia que vivimos hoy perjudica más que aquella?
—Sí, cuando se revisan los documentos de entre los años de 1910 y 1920, Ciudad Juárez era un gran polo de atracción, de diversión. En ese periodo no se acabaron las actividades económicas en Juárez, no se frenó al grado de hoy, claro, guardando las proporciones porque en aquel tiempo la ciudad tenía 10 mil habitantes, pero había muchísima gente aquí de todo el mundo. Pero sí, las condiciones de injusticia todavía prevalecen, como te decía.
6.
—¿Cómo se expresan hoy esas condiciones?
—Si tu examinas el problema de los carros ´chuecos’ te darás cuenta que es lo mismo. Una señora que declara que su vehículo le costó 800 dólares y que le cobran 400 por importarlo, el gobierno le está sacando el 50 por ciento. ¿Quién paga el 50 por ciento? El más fregado solamente, porque los ricos compran un último modelo y pagan el 10 por ciento y se acabó. Los ingresos del gobierno descansan básicamente en los que menos tienen, no es impuesto progresivo, es decir los que tienen más pagan menos y así está todo, es una sociedad muy desigual, muy injusta, igual a la de aquella época.
7.
—¿Cómo califica la estrategia de Calderón para combatir la violencia criminal?
—Si es realmente una estrategia (porque incluso eso pongo en duda)  se ve que es totalmente un fracaso. Las estadísticas en Juárez y en el país entero indican que va en ascenso. Aún cuando hayan disminuido si se comparan con las de 2007 andamos en las nubes y ese año nos distingue por la llegada de las Fuerzas Federales, quiere decir que no sólo no combatieron a la delincuencia, sino que la dispararon. Ahí están los datos duros, no es algo basado en especulaciones, aún cuando presenten en los medios que capturaron a tantos narcos, tantas armas.
8.
—¿Y respecto a la aplicación de políticas públicas?
—Han sido sumamente limitadas. También ahí están los datos duros, no es un problema de la crítica por la crítica. ¿Cuántos jóvenes hoy en México, no tienen ni trabajo, ni posibilidades de ir a la escuela. También las cifras se han disparado.
9.
—Antes de la Revolución, en la época porfirista, los juarenses contaban con una zona libre que trajo auge a la ciudad; ahora, grupos de empresarios proponen una nueva zona libre que según su visión, solucionaría una buena parte de los problemas. ¿Qué opina?
—Esta zona ha ido y venido a lo largo de un siglo. La primera la quitaron por presiones de los comerciantes de El Paso. Después se dieron ciertas flexibilidades. No se ha aplicado la misma política para los consumidores de Juárez, que para los del sur de la república. Creo que el gobierno debe utilizar esos instrumentos, deben buscar proteger a sus propios nacionales, aunque no es sencillo, porque uno de los problemas de aquella época era que los productos que debían consumirse aquí se trasladaban al sur. Tiene que buscar la manera de aliviar la frontera tan golpeada ahora.
10.
—El proyecto ha sido presentado varias veces al presidente Calderón con resultados negativos. ¿Existen esas mismas presiones contra la zona libre hoy?
—Sí, las de Estados Unidos y las de los comerciantes del sur del país que temen lo mismo, porque la aplicación de este proyecto exige una política muy eficaz en las aduanas para que no sea invadido el sur con los productos que son para consumo de la zona, pero creo que debe hacerlo porque no existe ninguna otra población que esté sufriendo tanto como la de Ciudad Juárez.
11.
¿Existe incomprensión del Gobierno Federal sobre las necesidades de la ciudad?
—Sí, es como el problema de los carros «chuecos», porque el problema existe y quieren resolverlo obligando a la gente. Todos estamos de acuerdo en que debemos traer placas, que todos debemos ajustarnos a la ley, pero el problema no desaparece porque el gobierno diga que todos debemos respetar la ley, el problema, que es social, es otro y ese no desaparece por decreto o porque lo diga el gobernador en una campaña de televisión. El otro día lo escuchaba yo en tono enojado que decía que nos advirtió durante un año y no hicimos caso. Puede decirnos durante 10 años, el asunto es que la gente no tiene con qué. Lo que le respondemos es que la cosa sea pareja.
12.
—Otro aspecto sobre este tema es que no sólo se le decomisa el vehículo al ciudadano, sino también se le fincan cargos por contrabando, ¿no es esto también la criminalización de un problema social? Se criminaliza al guiador y quedan impunes las autoridades que permitieron ese tráfico.
—Es un trato profundamente injusto, porque la ley se carga sobre el más débil, es el garrote para los de abajo y para los potentados todo blandito.
13.
—¿Tiene en mente algunas propuestas para mejorar las formas de gobernar?
—Es un asunto de cambiar el rumbo de la política general del país, el rumbo de la política económica. Mientras se siga el modelo actual de favorecer  sólo a una élite económica del país, de sujetarse a la vez a la élite económica mundial  y no ver los problemas de los de abajo, el mundo seguirá en protesta, porque no somos los únicos. Estaba leyendo un artículo de un antiguo líder del 68 en Francia que decía: «ustedes están exigiéndole a Grecia que aplique las medidas económicas restrictivas a su gente, pero resulta que Alemania y Francia consiguen el dinero al 3 por ciento y se lo prestan a Grecia al seis por ciento, pero además de ahí, entre otras cosas, se compra armamento». Son gobiernos dóciles, como México, ante las agencias mundiales.
14.
—¿Esa política que menciona cómo impacta aquí?
—No conduce a otra parte más que a lo que vivimos hoy. A la violencia, a la pobreza y a la desestructuración del tejido social. Yo tengo dando clases más de 40 años en diferentes universidades del país y yo no había encontrado como hoy una profunda decepción en los jóvenes, ahora todos están reducidos a resolver sus problemas de forma individual, se ha perdido la cohesión, la propia forma de la política económica, que además también se da en las universidades, retrae al individuo para que cada quien se rasque con sus uñas como pueda. Hay una profunda decepción, hablan muy mal de su país y manifiestan  su deseo de irse a cualquier lugar en el extranjero. Es comprensible, porque es una juventud golpeada por todos lados.
15.
—¿Habla también de un fracaso de la educación?
—Creo que sí. Y nada más hablamos de los jóvenes que están en la universidad, esos son privilegiados, tuvieron la oportunidad de llegar a estudios superiores aún batallando. Esos no se pueden comparar con los jóvenes que sencillamente están fuera de la jugada y que van todos los días a trabajar con un salario bajo y que todos los días encuentra puros muros imposibles de brincar, sin horizonte.
16.
—Este tipo de problemas históricamente han sido causas sociales de la izquierda, ¿no le parece que en esta región la izquierda está ausente?
—Es un problema más complicado, pero en general, no nomás en Chihuahua ¿no? La primera reforma política, en 1977,  que incorporó a los movimientos de izquierda a prácticas electorales y a los partidos, se vio como un hecho muy positivo, es correcto, pero en la realidad eso implicó el abandono de la izquierda por las causas sociales. La izquierda se trasladó hacia la lucha por los puestos públicos, ya en el poder, no existen muchas diferencias con los otros partidos. Aquí en Chihuahua el PRD está a kilómetros de distancia de abanderar causas sociales, más bien está enfocado a las migajas que le puedan caer del poder. Es sólo una agencia de empleo.
17.
—¿Finalmente eso fue lo que domesticó a la izquierda chihuahuense?
—No sé si sea eso, pero finalmente no se entendió esa reforma política, la izquierda malentendió que esos cambios eran para dedicarse solamente a buscar el presupuesto público. La izquierda por definición nace comprometida con las causas sociales, si no es así, entonces no es izquierda.
18.
—Está próxima una marcha de estudiantes que se hacen llamar Indignados, la Policía Municipal ya reprimió una marcha anteriormente, ¿cómo ombudsman de la UACJ que previsiones ha tomado?
—Soy el defensor de los derechos universitarios pero sólo aquí adentro de la universidad, afuera no existe esa función. En la represión ordenada por Leyzaola, el jefe de policía, ordenada en la anterior marcha, yo acudí porque los muchachos me lo pidieron y vi una represión totalmente anticonstitucional y desmedida y ahí estaré en la próxima marcha que se haga, no en calidad de ombudsman de la UACJ, sino en mi calidad de defensor de los derechos humanos como jurista.
19.
—Usted fue a la Fiscalía General  a rescatar a los muchachos golpeados, ¿qué vio ahí?
Los estaban declarando. Ellos le llaman entrevista para evitar que el acusado llame a un abogado, pero realmente es un truco incorrecto. Los mantuvieron hincados más de una hora mientras los pateaban. El caso que me parece más grave es que ‘cargaron’ de droga a uno de los manifestantes, es muy grave que la autoridad mienta, eso le resta totalmente la confianza y la credibilidad.
20.
—Existen varias denuncias de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California por tortura contra el jefe de Seguridad Pública, Julián Leyzaola, incluso una de las recomendaciones es que se le finquen cargos penales, ¿usted pediría que se le investigue aquí también por esas mismas denuncias?
—Escuché al alcalde, Héctor, Teto, Murguía, exonerando a Leyzaola, porque las violaciones ocurrieron en Tijuana. Este país es uno sólo y aunque hubieran ocurrido en otro se debe investigar. La Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Chihuahua, tiene la obligación de darle seguimiento a esas denuncias, porque para eso está.

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