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viernes, 4 de noviembre de 2011

Tras los pasos de… un día sin mexicanos


1.- En Alabama, el miedo de los inmigrantes a ser deportados se respira cada vez con mayor intensidad. Estado paradigmático de la segregación racial que murió en los 60, Alabama fue el último estado en sumarse a la ola de leyes contra la inmigración desatada por Arizona el año anterior, y a la que ya se subieron Utah, Indiana, Georgia y Carolina del Sur. Sin embargo, Alabama se distingue por dos cosas: primero, Alabama incluyó algunas innovaciones draconianas, como invalidar contratos con inmigrantes indocumentados; considerar un crimen cuando hacen un trámite con el Estado, o exigirles que presenten papeles para pedir servicios públicos, como el agua o la electricidad. En segundo lugar, la policía puede verificar el estatus migratorio cuando detiene a una persona.

2.-Desde que en Alabama rige esta ley, la HB 56, el día tras día de los miles de hispanos —según datos confiables 190 mil en forma ilegal aproximadamente— que se quedaron en este rincón sureño, ha quedado envuelto en miedos: a perder el trabajo, o a no poder conseguir uno; miedo a ser echados de sus casas; miedo a que les corten los servicios básicos y, en el peor de los casos, miedo a ser detenidos, deportados, y a perder a sus hijos nacidos en suelo norteamericano. Se cree que el éxodo que desató esta dura ley, sacó de la entidad a aproximadamente el cuatro por ciento de esta población, más o menos unos siete mil indocumentados y los casi 180 mil que aún no se han ido viven prácticamente en la clandestinidad y se preparan para la deportación.

3.- Sin embargo, en las zonas agrícolas ya se está resintiendo los efectos que en la economía de Alabama tendrá la ley HB 56, de estos aproximadamente siete mil personas que tomaron de inmediato la decisión de dejar el estado un buen número de ellos son trabajadores agrícolas y es precisamente en el campo en donde se está resintiendo ya los efectos de la ley antiinmigrantes más dura que se haya promulgado en los Estados Unidos. Alrededor de un treinta por ciento de la cosechas de esta temporada, ya se da por perdida por los agricultores y el vacío dejado por los trabajadores no lo están llenado ciudadanos norteamericanos, no obstante que el desempleo en el país se acerca al diez por ciento. Simplemente son trabajos duros, que los norteamericanos no están dispuestos a realizar.

4.- En el campo de Alabama, se está viviendo ya la ficción cinematográfica de hace algunos años, cuando se filmó un largometraje en el cual de la noche a la mañana los EE.UU., se quedaba sin los millones de indocumentados, que suelen hacer los trabajos más mal pagados, sobre todo en el área de servicios y en el campo: son los lavaplatos, los meseros, los empleados domésticos, en fin trabajos que realizan las labores más duras y mal pagadas del mercado laboral, gracias a ese trabajadores los tomates están a bajo precio en  los supermercados, pero con el fenómeno de Alabama, por lo menos en esa entidad aumentarán de precio pronto, porque hasta hoy quienes ya resienten los efectos de la HB 56 son los productores, pero pronto llegará el efecto a los consumidores. (Rodrigo Borja).

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